Toledo vivió anoche uno de sus momentos claves de la Semana Santa. Dos procesiones surcaron las calles toledanas, primero la del Cristo de la Humildad, para más tarde darle paso a la del Cristo Redentor.
La procesión conocida como «la de los cobertizos y la campana» tomó su salida como de costumbre desde 1947 a las 23:30 desde el monasterio de Santo Domingo el Real. Allí, el redoble del tambor destemplado da paso a un enorme silencio tras el cual comenzaron a salir del convento los hermanos del Capítulo de Caballero del Cristo Redentor.
A continuación comenzaría el recorrido con unas calle abarrotadas a persar de las altas horas. Pasando por Buzones, Merced, Tendillas, Esteban Illán, plaza de Padilla, María de Pacheco, plaza y travesía de la Cruz, Bulas y plaza de Valdecaleros, se llegó a el cobertizo de San Pedro Mártir. Proseguía la procesión por Alfonso XII, Rojas, Trinidad, Jesús y María, plaza de Juan de Mariana, Alfonso X El Sabio, Nuncio Viejo, Hombre de Palo, Comercio, cuesta de Belén, Plata, plaza y cubillo de San Vicente hasta llegar de nuevo a otro cobertizo, el de Santa Clara, donde lo costaleros tiene que bajar tanto la imagen del Cristo que sus manos casi rozan con el suelo.
[ze_gallery_info id=»234723″ ]Por último, en el cobertizo y la plaza de Santo Domingo el Real, la coral del Capítulo de Caballeros entona el Miserere, un pasaje que sin duda pone los pelos de punta.
Pero antes de que el Cristo Redentor recorriese las calles del casco antiguo de Toledo, fue el turno del Cristo de la Humildad, que nos dejó estas preciosas instantáneas.