El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, se muestra «preocupado» porque se pueda confundir igualdad con «ideología de género» y cree que la Ley regional para una Sociedad Libre de Violencia de Género se basa en esta última corriente «casi exclusivamente para lograr la deseada igualdad entre sexos».
Así lo expresa el también arzobispo primado de España en su escrito semanal, donde se pronuncia también sobre las reacciones que ha provocado la decisión de libertad provisional para los cinco miembros de «La Manada».
Según Rodríguez, la libertad provisional de los componentes de «La Manada» ha herido, en efecto, la sensibilidad de mucha gente, «en ocasiones sin fijarse en cómo ha sido la razón de la decisión jurídica» e, incluso, «el presidente de Castilla-La Mancha ha tomado la decisión de que su Consejo de Gobierno apruebe rápidamente el anteproyecto de ley para una sociedad libre de violencia de género».
En este punto, resalta que «es curiosa tanta unanimidad hasta el punto que la directora del Instituto de la Mujer aseguró que todas las medidas incluidas dentro del proyecto de ley sí están dotadas presupuestariamente», lo que «nos gustaría que sucediera con el dinero para solucionar otros problemas urgentes en nuestra tierra».
No obstante, el prelado considera que la igualdad entre mujer y varón es, sin duda», «deseada y necesaria», pero resalta que le preocupa que se pueda confundir igualdad con ideología de género.
Y puntualiza que en esta última, en la que se apoya la futura ley regional, «el cambio del concepto género por sexo, cada vez más presente en nuestra sociedad, no traerá la igualdad, sino la confusión a base de eufemismos e incapacidad para solucionar el aberrante problema de que un varón mate a una mujer por creer que tiene derecho sobre ella por ser simplemente ‘el macho’ (…) o no acepte la separación o el divorcio interpuesto por ella».
A juicio del arzobispo, «la igualdad entre los sexos es algo más profundo, que necesita una reflexión antropológica seria y decisión de educar en igualdad desde que somos pequeños y el tema está en que una mala solución de este asunto no perjudica sólo a la Iglesia, sino a la vida social en general».
Y añade, parafraseando al Papa Francisco: «el ultrafeminismo no es la solución; es preciso la cooperación entre los sexos, respetando las lógicas diferencias entre mujer y varón y aceptar estas diferencias nada impide exigir la igualdad entre ellos».
Por otro lado, monseñor Rodríguez cuestiona las declaraciones de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, cuando al hilo de la sentencia de «La Manada», afirmó que hace falta «reformas mentales» y desarrollo de una perspectiva de género.
Y se pregunta si «no es peligroso afirmar que los jueces necesitan «reformas mentales», precisándose además de «desarrollo de una perspectiva de género», «un nuevo dogma de fe laica, perspectiva de género», critica el arzobispo, «para solucionar, como ingeniería social todos los problemas morales.
Por último, hace hincapié en que en el proyecto de ley para una sociedad libre de violencia de género «existe una asignatura de implantación obligatoria cuyo contenidos y currículo está repleto de ideología de género».
Y concluye: «Bienvenida sea la lucha en favor de la igualdad, pero no de este modo. Pienso que es un camino seguro para un pensamiento único, que no tiene base antropológica suficiente».