«Nuestro camino no es por fáciles prados de hierba, sino que es un sendero de montaña escarpado y lleno de dificultades. Pero siempre hacia adelante, hacia arriba, hacia el sol», esa es la frase de la escritora alemana Ruth Westheimer que día a día motiva al albaceteño Bauti Bermúdez, un altruista alpinista que cada vez que se pone sus botas está más cerca de alcanzar sueño: los «52 Techos Solidarios».
Bermúdez anda sumergido en un reto que persigue un gran propósito, dar visibilidad a los colectivos que luchan contra el cáncer, el párkinson, el síndrome X-Frágil y la ELA, en un proyecto ambicioso, en el que quiere tocar el «techo» de cada provincia de España, es decir, el pico con mayor altitud.
[ze_summary text=»Con este reto intento mandar ánimos y dar visibilidad a la lucha de estos colectivos sociosanitarios y a todas las personas que viven día a día con estas enfermedades, fomentar el deporte y la vida sana»]Con este reto intento mandar ánimos y dar visibilidad a la lucha de estos colectivos sociosanitarios y a todas las personas que viven día a día con estas enfermedades, fomentar el deporte y la vida sana[/ze_summary]
Así cuenta el propio Bermúdez en qué consiste este prueba generosa, y de superación vital: «En este proyecto ascenderé la montaña más alta de cada provincia española y algunas internacionales (Marruecos, Portugal y Andorra), apoyando y dando visibilidad a particulares y entidades que luchan contra el cáncer, párkinson, el síndrome X-Frágil y la ELA. Con este reto intento mandar ánimos y dar visibilidad a la lucha de estos colectivos sociosanitarios y a todas las personas que viven día a día con estas enfermedades, fomentar el deporte y la vida sana, conseguir con esfuerzo y constancia un objetivo. Es un sueño pensar que si consigo esa visibilidad para estas entidades será más fácil que obtengan donaciones, voluntarios, más proyectos, y por supuesto más investigación para obtener soluciones que eviten más muertes… ¡Pues habrá que poner nuestro granito de arena en este sueño!».
El albaceteño tiene 38 años y es especialista en márketing digital. Era un asiduo a las carreras solidarias pero quería dar un pasito más y ayudar con un gran reto a quienes se esfuerzan a diario en la lucha contra estas enfermedades. Las ascensiones comenzaron en febrero de 2016 y, tras casi dos años subiendo picos, ya ha tocado la cima de más de la mitad. Confía en que en verano de 2018 haya podido coronar el techo de cada provincia española.
Primero comenzó apoyando a dos asociaciones de Castilla-La Mancha en su contra el cáncer y el párkinson, AMAC y Afepab, aunque después descubrió otros dos casos a los que también quiso ayudar. El de la enfermedad rara de síndrome X-Frágil del albaceteño Raúl, hijo de un amigo suyo, y el del director general de Juventud y Deporte, Juan Ramón Amores y su lucha contra la ELA.
Se define como «una persona normal que solo quiere ayudar» y comenzó su reto «sin presupuesto, pero con muchas ganas de echar una mano en estos temas». Trabaja seis días en semana como comercial y, aún así, ha sacado tiempo para ascender a algunos de los picos más famosos de España, como el Mulhacén, Aneto, Monte Perdido, Moncayo, Aitzkorri, Peñalara, Peña Trevinca, Peñarroya o Almanzor.
[ze_summary text=»Pienso firmemente que cada paso que he dado ha merecido la pena por esta causa»]