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viernes, 22 de noviembre de 2024
Francisco Martínez Arroyo, consejero de Agricultura y Medio Ambiente de Castilla-La Mancha.
Francisco Martínez Arroyo, consejero de Agricultura y Medio Ambiente de Castilla-La Mancha. Foto - Rebeca Arango
"Todas las decisiones fueron técnicas" - 21 septiembre 2017

Se quemaron 3.200 hectáreas en el incendio de Yeste, pero pudieron ser 7.000. En las tareas de extinción del incendio participaron 1.211 personas, que se emplearon a fondo desde el 27 de julio al 4 de agosto para combatir el fuego desencadenado en plena ola de calor, con masas de aires subsaharianos que convirtieron los valles de la zona afectada en una olla a presión. El terreno, con más de un 30 por 100 de pendiente, impedía que la maquinaria pesada pudiera entrar en la zona para atacar el fuego des la tierra. Y los medios aéreos se encontraron con que el embalse más cercano estaba seco por los trasvases a Murcia.

Son los datos y circunstancias dramáticas y vertiginosas que ayudan a comprender el infierno al que vecinos y profesionales de la extinción se enfrentaron durante siete días en el llamado incendio de Yeste y que afectó a este municipio albaceteño, junto a los de Molinicos y Riópar, llevándose por delante 745 hectáreas del parque natural de los Calares del Mundo y la Sima y obligaron al realojo de 235 personas.


Los datos han sido expuestos esta mañana en las Cortes por el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, que comparecía a petición propia para informar sobre la coordinación del Infocam (Plan de Vigilancia y Extinción de Incendios Forestales de Castilla-La Mancha), que recibió duras críticas políticas del PP.

Cuánta superficie se quemó en el incendio de Yeste, cómo se combatió el fuego, qué personal intervino en las tareas de extinción y las condiciones en las que se quemó la sierra de Yeste, una combinación fatal de orografía, climatología y escasez de agua son los aspectos sobre los que ha informado Martínez Arroyo.

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En su opinión desde que se declaró el incendio el primer gran objetivo fue salvaguardar la vida de las personas y el segundo que no hubiera daños en sus viviendas. “Y ambos se consiguieron plenamente. Es muy difícil hablar de un incendio de estas características, con las dificultades que ahora les relataré, sin que se haya producido ningún daño material”, apostilló.

[ze_summary text=»Martínez Arroyo: El primer gran objetivo fue salvaguardar la vida de las personas y el segundo que no hubiera daños en sus viviendas; ambos se consiguieron plenamente»]

Martínez Arroyo: El primer gran objetivo fue salvaguardar la vida de las personas y el segundo que no hubiera daños en sus viviendas; ambos se consiguieron plenamente[/ze_summary]

 

El 60 por 100 del total de hectáreas quemadas este año en Castilla-La Mancha y el tercer incendio más devastador de España en 2017 dan idea de la gravedad de lo que sucedió aquellos días incendio de Yeste, que tuvieron en vilo a toda la región y desencadenaron una gran ola de solidaria en los vecinos de la zona hacia el personal que se afanaba en jornadas extenuantes en la extinción.

¿Cuánto se quemó en Yeste?

Según los datos facilitados por el consejero 2515 hectáreas en Yeste, 789 en Molinicos, 12,8 Riópar y 745 en el parque natural de los Calares del Mundo y la Sima.

[ze_summary text=»La velocidad de propagación del incendio pasó de 5 a 10 metros por segundo en 24 horas»]

La velocidad de propagación del incendio pasó de 5 a 10 metros por segundo en 24 horas[/ze_summary]

 

El día a día del incendio

  • A las 11.18 el día 27 julio un vigilante del puesto fijo de la Sierra del Tobar detectó una columna de humo a 318 grados, próximo a las pedanías de la Parrilla y la Raspilla.
  • A las 11.47 se evacuó el campamento y la pedanía de La Raspilla y se pasó incendio a nivel 1.
  • A los 40 minutos de declararse el incendio había 28 medios con 72 personas.
  • A la hora y media de declararse el incendio había 57 personas y 20 medios, 7 de ellos aéreos, 8 terrestres y agentes medioambientales.
  • La superficie quemada el primer día fue de 143,8 hectáreas, pasto de un fuego que se propagaba a una velocidad de de 5 metros por minuto de media.
  • A las 12.27 del día 28 de julio el incendio pasó a nivel 2, por lo que se solicitó formalmente la intervención de la UME (Unidad Militar de Emergencia).
  • Ese día, 28 de julio, 243 personas trabajaban en la extinción y se quemaron 1.079 hectáreas, en un fuego que se propagaba a más del doble de velocidad que el primer día: de 10 a 12 metros por minuto.
  • El 29 de julio se quemaron 256 hectáreas.
  • El día 30 de julio la superficie afectada se disparó a 1.544 hectáreas. “El día más difícil del incendio”, en palabras del consejero.
  • El 31 de julio se quemaron otras 180 hectáreas.
  • El 1 de agosto, 13 hectáreas más, todas ellas en la cola del incendio.

Las condiciones del incendio: Orografía imposible en una olla a presión

La complicada orografía, junto a las adversas condiciones meteorológicas, las características devastadoras del combustible que se quemó –pino joven muy seco- y la falta de agua porque el embalse dela Fuensanta estaba solo al 10 por 100 de su capacidad fueron las condiciones en las que se desenvolvió el fuego durante 7 días, según informó el consejero, que explicó así cada apartado.

  1. Orografía. Un paisaje de sierra y un fugo en zona de ladera a la que no es posible acceder con maquinaria pesada en muchos casos y por encima del 30 por 100 pendiente, circunstancia que hace que los vehículos pesado no puedan moverse. A esas circunstancias del terreno que dificultaron la extinción se unen las carreteras difíciles y pequeñas, por las que no puede pasar maquinaria de gran tonelaje.
  2. Meteorología. Fue adversa durante todo el incendio, que se desarrolló bajo una atmósfera seca, con afección permanente de la continental sahariana, en medio de una ola de calor. Las circunstancias meteorológicas, junto a la orografía, provoca la concentración de masas de aire muy cálido que convirtieron los valles afectados en “ollas a presión».
  3. El combustible que se quemó era muy seco: masas de pino jóvenes, de menos de 2 metros, que facilitó que el incendio se propagase tanto a ras de suelo como a través de las copas de los árboles.
  4. La escasez de agua en la zona impidió a los hidroaviones localizar agua y cargarlo en el embalse de la Fuensanta, el más cercano al fuego, porque “se encontraba prácticamente seco; es una cuestión política no técnica, porque esa agua está yendo a otra zona del Segura fuera de Castilla-La Mancha”, lamentó el responsable de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural. Según su relato, estos hidroaviones tuvieron que irse a 60 kilómetros, a Murcia , al embalse del Cenajo y eso obligaba a hacer 100 kilómetros más cada vez que cargaban”. Esta coyuntura “retrasó la llegada del agua por medios aéreos, que es la forma en la que en un incendio de estas características se inicia la extinción”.

¿Quiénes trabajaron en la extinción del incendio?

Las labores de control y extinción del fuego contaron con:

  • 239 medios, de los que 44 eran aéreos, 186 terrestres y 9 de dirección y coordinación.
  • 1.211 personas: 880 del Infocam y 331 externas, que ayudaron procedentes de otras comunidades autónomas, la UME –medios terrestres- y el Ministerio de Agricultura -medios aéreos-. Junto a ellos, los bomberos del Sepei (Servicio Provincial de Extinción de Incendios de Albacete) y de Cataluña y Valencia.

Martínez Arroyo: Las decisiones para apagar el incendio de Yeste fueron técnicas»

El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, que tiene entre sus competencias la extinción de incendios, felicitó en diversos momentos de su intervención parlamentaria a los profesionales que combatieron el fuego, como los citados más arriba, junto a Protección Civil, Guardia Civil, Cruz Roja, Policía local de los municipios afectados, personal del Sescam, de Iberdrola “y a los ayuntamientos con los alcaldes a la cabeza”.

En este sentido, Martínez Arroyo explicó que estuvo en la zona durante los días que duró el incendio de Yeste, si bien ha limitado su participación a la labor de apoyo a los técnicos, cuyas decisiones, insistió, fueron las que determinaron cómo se afrontaba, combatía y pagaba el fuego. «Los políticos no apagamos los incendios».

Además, se mostró orgulloso de que en otras comunidades españolas y en otros países “nos piden colaboración llamando expresamente a nuestros expertos que participaron en el incendio de Yeste”.

¿Qué vamos a hacer después?

El titular de Agricultura finalizó su intervención citando los planes de la Junta para recuperar la zona y con el objetivo de que “de aquí el año que viene el paisaje sea otro:

  • Aprovechamiento de la materia quemada para la producción de biomasa.
  • Actuaciones de defensa del suelo.
  • Actuaciones en los accesos y reparaciones de los caminos.
  • Tratamientos de plagas.
  • Reparación de las infraestructuras dañadas en la extinción.
  • Recogida de semillas especial interés.
[ze_summary text=»En otras comunidades españolas y en otros países nos piden colaboración llamando expresamente a nuestros expertos que participaron en el incendio de Yeste»]

En otras comunidades españolas y en otros países nos piden colaboración llamando expresamente a nuestros expertos que participaron en el incendio de Yeste[/ze_summary]

[ze_image id=»192321″ caption=»La carta de los vecinos de Molinicos a un bombero en la bolsa del bocata.» type=»break_limited» src=»http://ecmadm.encastillalamancha.es/wp-content/uploads/2017/08/DGNP-sLXsAAqVN8.jpg» urlVideo=»» typeVideo=»» ]

 

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