Marina Okarinska se fue de España huyendo de Sergio Morate. «Quería libertad», ha explicado ante el Tribunal Olga, la madre de la joven que fue asesinada en agosto de 2015 en Cuenca, junto a su amiga Laura del Hoyo, y cuyo único acusado, Sergio Morate, está siendo juzgado desde hoy en la Audiencia Provincial de la capital conquense.
Así han recibido a Morate cuando ha llegado a la Audiencia Provincial de Cuenca.
Recuerden que Morate se ha negado a declarar. Previamente, al acusado le habían recibido con gritos e insultos nada más llegar desde la cárcel de Estremera, en Madrid, donde está preso desde septiembre de 2015.
Igual que Alina, la hermana, han relatado que Marina se fue hasta Ucrania porque no podía aguantar más la situación en España, pese a que ella quería seguir viviendo aquí. Sin embargo, su paso por su país de origen le vino bien y las dos han coincidido en afirmar que sus ojos «brillaban» cuando regresó.
La relación con Morate «se volvió un tormento»
Lo cierto es que, según han relatado durante la vista, la relación con Morate «se volvió un tormento». Él no quería que tuviese trabajos fuera de su propio ámbito familiar. Y hasta en dos ocasiones tuvo que dejar otros tantos trabajos.
Pero no solo era controlador con la faceta laboral de Marina, puesto que Alina ha señalado que «a él no le gustaba que fueran al cine o salir de fiesta, decía que era peligroso». Pero cuando Marina decidía salir sola, su presunto asesino la llamaba «cada dos por tres». Según le contó a su hermana, «se sentía controlada y vigilada, no podía más. Decía que no eran compatibles».
Testimonio que ha ido en la misma línea que el de su madre, quien ha recordado episodios que le contaba su hija. Por ejemplo, que Morate quería que trabajase en los negocio de su familia, como cuando trabajó en el bar de su tío en Palomera, la localidad en la que interiormente aparecerían los cadáveres.
«Sergio protestaba porque trabajara en otros lugares, pero quería que lo hiciese para su familia», ha señalado Olga. Además ha añadido las condiciones impositivas con las que Morate le pedía las cosas. «Vas a Chillarón, limpias los muebles, vienes a hacer la comida y después vas a ayudar a mi madre», ha contado Olga citando las palabras que le decía su propia hija.
El padre de Marina, Yevhen Okarinsky, conocía menos detalles sobre la vida personal y laboral de su hija por motivos de trabajo. Él fue una de las últimas personas que vio a Marina con vida, ya que comieron el mismo día de su desaparición con ella y con Olga.
Uno de los momentos de más tensión durante la jornada matutina de la vista oral se ha producido cuando llegaba a testificar la propia Alina Okarinska, hermana de Marina. Allí y dirigiéndose a Sergio Morate, para quien la Fiscalía pide 48 años de cárcel somo supuesto autor del doble crimen, le ha espetado lo siguiente: «Levanta la cabeza, desgraciado, y mira a mi madre a la cara».
«Ella le dijo que no quería las cosas que tenía allí y que las tirara»
En cuanto al día de los hechos, el 6 de agosto de 2015, Alina ha expresado que su hermana no quería ver más a Morate, pero que fue ese día a su casa con la intención de cerrar el círculo y para que por fin la dejara en paz. Porque previamente le había dicho que no quería las cosas que tenía en su casa y que las tirara.
La fiscal Cristina Moruno cree que Morate tenía la fecha preparada, cuestión que ha corroborado la madre.