Todo el mundo conoce a una organización como Cruz Roja y tiene clara la imagen de sus voluntarios ofreciendo mantas, asistencia y calor a los inmigrantes que llegan desesperados a nuestras costas. Pero, ¿sabemos cuántas tareas más realizan y cuántos servicios prestan a la sociedad? Probablemente, la mayoría no, salvo que como individuos hayamos tenido la fortuna de ser atendido por sus profesionales o voluntarios si nos hemos visto ante alguna emergencia o situación de vulnerabilidad.
Cruz Roja CLM: 69.000 socios, 19.000 voluntarios, casi 300 trabajadores
Solo en Castilla-La Mancha, Cruz Roja cuenta con 69.000 socios, 19.000 voluntarios, casi 300 trabajadores y un presupuesto anual de 20 millones de euros, que se cubre casi a partes iguales con las aportaciones de sus socios, subvenciones públicas e ingresos por los servicios que prestan, aunque esta última partida «baja, porque no podemos competir con las empresas y menos desde la reforma laboral». Quien así habla es Jesús Esteban, presidente de Cruz Roja en Castilla-La Mancha, el hombre que está al frente de este impresionante engranaje, en el que la mayoría es femenina tanto en voluntariado (64,33 por 100), asociados (58 por 100) y plantilla (63 por 100). ¿El problema? Como en el resto de la sociedad: los hombres dominan el escalón alto, una situación que Jesús Esteban espera que empiece a cambiar. En la actualidad, 5 voluntarios de Cruz Roja CLM intervienen en misiones de cooperación en el Sáhara, Níger, Tanzania y Argentina.
De su relato saltan muchas sorpresas. Por ejemplo, que la mayoría de los refugiados políticos que llegan a la región son venezolanos y que los inmigrantes, en general, prefieren seguir camino hacia países más prósperos como Alemania o Suecia, aunque entren en Europa por nuestras costas. Cree que buena parte del rechazo que suscitan en algunos sectores sociales se debe a la falta de información. Uno de sus empeños es proporcionarla. Y recordar que el derecho humanitario se basa en leyes de obligado cumplimiento por los estados que las firman.
¿Cuáles son las principales emergencias que tiene que afrontar Cruz Roja en estos momentos en Castilla-La Mancha?
El tema de refugiados, por la crisis derivada fundamentalmente de la guerra de siria y de otros países del entorno. Cruz Roja ha tenido tradicionalmente un programa de inmigrantes y refugiados, nos podemos remontar incluso a Vietnam, que tuvimos refugiados aquí en Toledo. O de la guerra de los Balcanes. Tenemos que distinguir entre las personas que solicitan protección internacional derivada de que su vida está en peligro por motivos de guerra, de persecución política, religiosa o de su orientación sexual o por mafias, como en Hispanoamérica, que hay refugiados huyendo de las maras. Y luego están los inmigrantes económicos.
Ahora tenemos refugiados en las cinco provincias, además de prestar colaboración donde se nos necesite. Ha sido el caso del Aquarius, en el que personal de Ciudad Real y Albacete han estado colaborando en labores de identificación y toma de datos cuando iban bajando del barco. Tuvimos puesta en marcha un Unidad de Respuesta Inmediata, que hemos tenido allí, que son unidades que en poco tiempo te montan un albergue con 200 camas en un polideportivo y dan comida, etc… El Ministerio asignó cuatro inmigrantes del Aquarius a Castilla-La Mancha y han llegado dos, uno está en Guadalajara y otro en Ciudad Real.
¿Saben algo de las otras dos personas?
Nos anunciaron que iban a venir, pero parece que no vienen.
«La manta de la Cruz Roja es el primer calor que reciben los refugiados tras kilómetros de penuria»
¿Qué les cuentan a los voluntarios de Cruz Roja inmigrantes como los que se bajaron del Aquarius?
Muchas veces más que las palabras, son los gestos y los hechos. Todos tenemos las imágenes en la retina del primer abrazo, el primer calor, después de tanta penuria y calamidades en miles de kilómetros es la manta de la Cruz Roja. A veces no es posible darles un abrazo, porque según su cultura tampoco lo iban a entender; o porque a veces pueden venir con enfermedades infecciosas. Denuncian de todo. En Libia, desde violaciones, torturas de todo tipo, más todo a lo que les someten las mafias.
¿Qué grupo predomina entre los inmigrantes que llegan a Castilla-La Mancha?
Si nos ceñimos a las nacionalidades, ahora mismo lo que más nos están llegando a Castilla-La Mancha son venezolanos. Por lo tanto, tenemos que entender que son por motivos de persecución política. También tenemos de Honduras, Salvador, Colombia… Ahí tendríamos que enmarcarlos dentro de las maras y las mafias que les tienen amenazados. Luego países de África como Congo y República Centroafricana, Nigeria, Senegal, Gambia, que ahí hay de todo, desde los que son por razones económicas sin más a los que piden protección internacional porque está en peligro su vida por otros motivos. Después están Siria, Sáhara, Palestina, Afganistán, Pakistán, que son los que estaban en primera línea, pero desde que se hizo el duro acuerdo con Turquía, de Siria, por ejemplo, se ha frenado la llegada de inmigrantes a la Unión Europea. Hace dos años teníamos en primer línea a los sirios. Aquí hemos tenido bastantes familias sirias.
[ze_summary text=»El mayor número de refugiados que llega a Castilla-La Mancha ahora mismo son venezolanos»]El mayor número de refugiados que llega a Castilla-La Mancha ahora mismo son venezolanos[/ze_summary]
¿Cómo trabaja Cruz Roja con ellos?
Con un plan de trabajo en tres fases. Acogida, integración y autonomía, con una duración aproximada de seis meses. Trabajamos con la perspectiva de que vienen para quedarse, pero la realidad es que son muy pocos los que se quedan.
«La mayoría de los inmigrantes no se quedan en España, prefieren ir a Alemania y Suecia, fundamentalmente»
Porque la mayoría prefieren seguir camino hacia otros países más prósperos…
Efectivamente. A Alemania y Suecia, fundamentalmente. Muchos tienen familia allí ya y otros piensan que van a tener más oportunidades. Me gustaría hacerte hincapié en que en general los refugiados no quieren vivir de las ayudas, quieren establecerse, trabajar y valerse por sí mismos. Me han llamado mucho la atención las familias sirias, porque son superemprendedoras y querían valerse cuanto antes por sí mismas, no depender de las ayudas. Lo primero que atendemos son los temas de cada día: vestido, comida, colegios y sanidad. Luego empiezan a aprender el idioma y el Plan de Empleo, que consiste en firmar convenios de prácticas no laborales en empresas, fundamentalmente centros comerciales. Y tenemos un índice de inserción de más del 30 por 100, que me parece casi milagroso.
Se tiene la idea de que emigran los más pobres de cada sociedad, pero en realidad no es así, porque los que pueden salir son las clases medias o medias altas…
Exacto. Los más pobrecitos se quedan. O no han podido salir del país o se quedan en los del entorno. Por ejemplo, Jordania tiene 2 millones de habitantes y tiene dos millones de refugiados sirios. Aquí nos llegan los más potentados en todos los sentidos: económico e intelectual. Por eso también, si conseguimos hacer una integración adecuada, es muy beneficioso para el país de recepción. Igual que otros países se han aprovechado del talento de los jóvenes españoles formados que han emigrado con la crisis, aquí podemos aprovecharnos del talento que nos viene. Máxime teniendo una pirámide de población como la que tiene España: que del año 2016 al 2017 han muerto 30.000 personas más de las que han nacido. ¡Les necesitamos!
«No henos tenido ningún problema con gente que procede de culturas machistas»
¿Cómo se aborda la situación de la mujer? Si la de los refugiados es mala, la de las refugiadas es aún peor… ¿Qué pasa con esos prejuicios culturales, religiosos…?
La experiencia hasta hoy es buena, en el sentido de que no hemos tenido ningún incidente en los que han llegado hasta aquí. No sé si los ha habido en las costas o en los que están recibiendo a la gente. El otro día le dije al nuevo delegado del Gobierno que hemos tenido suerte y se lo dije también al anterior al despedirle. No te he tenido que llamar ni una sola vez. Ni por problemas de seguridad ni de ningún tipo. El mayor miedo que yo tenía era la convivencia en pisos con personas de distintas nacionalidades y culturas y no hemos tenido incidencias. Creo que después de lo mal que lo han pasado, la disposición a la adaptación es enorme y es gente que colabora en todo y se apuntan a todas las actividades.
¿Esa integración cultural se produce también en derechos? ¿Se consigue que determinadas culturas respeten los derechos de la mujer? Muchas de las que llegan embarazadas o con bebés en brazos son por violaciones de sus “compañeros” de espera, una realidad que no podemos obviar.
La experiencia que tenemos aquí, por ejemplo con las mujeres árabes, pero sobre todo de Siria, es que no corresponde con la imagen que tenemos de la mujer árabe sometida. Son mujeres bastante modernas y con criterio en todo tipo de cosas. A ellos les he visto más parados. Ellas eran las que tomaban las decisiones.
Entiendo que si detectan cualquier problema, Cruz Roja actúa inmediatamente…
¡Claro, claro! Además tenemos atención psicosocial individualmente cada uno de los casos. Por cada 20 refugiados hay un equipo de un trabajador social, un educador social y un psicólogo profesionales trabajando, además de voluntarios. Sería para nosotros terrible si estando bajo nuestra protección se diera alguna situación de este tipo. Otra cosa es las condiciones en las que llegan, que las han prostituido, o las han violado los propios compañeros, los de las mafias…. En España también tenemos un programa de teleasistencia para mujeres víctimas de violencia de género, que disponen de un aparato para avisar si ocurre cualquier problema y se ponen en marcha inmediatamente los servicios de emergencias. En 2017 atendimos 1.210 casos.
[ze_summary text=»No hemos detectado ningún caso de mal trato a las mujeres… Otra cosa es las condiciones en las que llegan, que las han prostituido, o las han violado los propios compañeros, los de las mafias…»]