Bióloga, investigadora en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, estudiante de Enfermería, madre… Así se presentaba Laura Mordillo Mateos durante la II Jornada «Soy Mujer» que encastillalamancha.es organizó el 14 de marzo en el campus de la Fábrica de Armas de Toledo, un testimonio con el que quiso dar fe de que las palabras del título de su ponencia «Mujer, madre y científica» son sinónimo de dificultad.
Ante los cerca de 300 estudiantes que se dieron cita en la Universidad de Castilla-La Mancha, Mordillo intervino en la primera mesa de debate denominada «Palabra de mujer«, en la que compartió experiencias junto a Isabel Fernández Jiménez, militar y campeona del mundo en parakárate en Katas; Vicenta Rodríguez Martín, diplomada en Trabajo Social, doctora en Psicología y especialista en organización y gestión de Recursos Humanos; Idoia Ugarte Gurrutxaga, profesora de la Escuela de Enfermería y Fisioterapia de Toledo, vicepresidenta de Médicos del Mundo Castilla-La Mancha y directora académica de la jornada; y Milagros Tolón, alcaldesa de Toledo. La mesa estuvo moderada por Mar G. Illán, directora de este periódico, y actuaron como colaboradores el Instituto de la Mujer de la Junta de Comunidades, la Diputación de Toledo, el Ayuntamiento de Toledo, la UCLM y el Colegio de Enfermería de Toledo.
La investigadora comenzó su intervención refiriéndose a los roles que la mujer sigue asumiendo como «normales»; también a como la lucha sangrienta de las trabajadoras de una fábrica de textiles de Nueva York que reivindicaban iguales salarios que sus compañeros hombres desencadenó en la conmemoración, todos los 8 de marzo, del Día Mundial de la Mujer. En este sentido, para ella el pilar principal debe ser «el respeto». «Cuando nos unimos para luchar por la igualdad, a veces se nos etiqueta como si tuviésemos posturas radicales o fuésemos en contra de los hombres. Cuando hacemos este tipo de acciones no luchamos contra nadie, lo que buscamos es una situación de igualdad».
Centrándose en el ámbito científico, hacía mención al techo de cristal con el que se encuentran las mujeres. Ella misma pudo comprobar como siendo mayoría las mujeres en las universidades, a la hora de alcanzar puestos de responsabilidad, estos son ocupados principalmente por hombres. Si bien no es el único factor, entiende que en el origen está la conciliación familiar. Añade que las cargas y responsabilidades familiares para la mujer aún son muy grandes.
Como ejemplo de desigualdad que ha sufrido, Mordillo ha puesto de manifiesto como a la hora de pedir financiación para un proyecto de investigación se le penalizó por no haber hecho publicaciones científicas en 2013 y 2014, años en los que fue madre. «Entendí que se me había penalizado por un derecho fundamental, por el derecho de la mujer de ser madre». Cuenta que envió una carta a los responsables de dar esta financiación diciendo que «cómo se atrevían a llamar agujeros a mis hijos», tras lo cual ella y otras científicas realizaron un modelo de curriculum para que se tenga en cuenta -a la hora de valorar las publicaciones- los periodos de maternidad.
Ella cree que la educación es la mejor arma para luchar contra esta realidad porque «niños y niñas son iguales y tienen derecho a las mismas cosas».
La investigadora terminaba sus palabras denunciando la poca visibilidad que, a lo largo de la historia, han tenido las mujeres científicas. Hoy en día, incluso, solo en el 17 por 100 de las informaciones relacionadas sobre ciencia aparece la figura de una mujer.