Sergio Morate, acusado del doble asesinato de Marina Okarynska y Laura del Hoyo el pasado 6 de agosto de 2015, se ha negado a declaran durante la primera sesión de su juicio que se está desarrollando en la Audiencia Provincial de Cuenca. No ha querido contestar ni a su abogado, ni a las acusaciones particulares, así como al Ministerio Fiscal y al abogado de la Junta.
«Me acojo a mi derecho a no declarar» y cuatro «no» consecutivos a las invitaciones a responder a los distintos letrados, son las únicas palabras que han salido por la boca del acusado. Durante el resto de la sesión apenas ha cambiado el rosto y no le ha inmutado ni oír de nuevo la voz de Marina en una de las pruebas se han mostrado durante la vista.
Además, su abogado, José Javier Gómez Cavero, ha asegurado que tras las muertes no se investigaron otras vías y se desoyeron pruebas que llegaron hasta la Policía sobre otras posibilidades de este caso, que se limitaron a «completar el puzzle», «recortando o inventando» las piezas que faltaban.
Estas ha sido las pocas palabras que ha dicho Morate en la vista oral del juicio:
“Si no me cuadran las piezas del puzzle y falta algunas, las recorto o me las invento para que cuadren”, ha aseverado. Y ha explicado que en los cuatro registros del domicilio de Cuenca en el que se supuestamente se produjeron los hechos el 6 de agosto de 2015 no se encontró ninguna prueba de ADN que culpara a Morate, ni tampoco en la inspección de los vehículos.
En este sentido, ha recordado que «nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario», y ha hecho mención el famoso crimen de Cuenca con lo que ha querido pedir que nadie pase más de 40 años en las cárcel «sin ser el culpable».
Para el letrado, se culpó desde un primer momento y lo que se hizo fue ir buscando las justificación de que había sido Sergio Morate Garcés quien cometió lo crímenes.