Argimiro Martínez, quien fuera el creador del afamado festival de música Viña Rock hace ahora 21 años, ha muerto en las últimas horas, tal y como publica la web municipal de Villarrobledo (Albacete), de donde fue concejal.
Y quien fuera corresponsal de prensa en las décadas de los años 70 y 80 del siglo XX, Santos García Catalán, le dedica este artículo, que también se puede ver en la página on line municipal:
«El Viña Rock, uno de los logros más importantes para Villarrobledo»
«Me entero por Miguel Parreño -un todoterreno de la información en Villarrobledo- del fallecimiento de Argimiro Martínez Jareño al que conocí en mi época de corresponsal de prensa, allá por los años 70-80. Era conquense, como mí madre, más concretamente de Casas de Benítez, y nunca dejó de amar a su Cuenca querida. Es más, cuando podía y las circunstancias lo permitían, echaba mano de algún conquense ilustre para lucirlo en su Villarrobledo adoptivo al que, me consta, quería como a su tierra de nacencia.
Argimiro, que había sobrepasado los 70, quiso ser cura antes que maestro, aunque la carrera sacerdotal la abandonó para hacer Magisterio ejerciendo en Almansa, Alcalá del Júcar y Villarrobledo donde finalizó su etapa en el colegio “Graciano Atienza”. Un largo y brillante trayecto donde siempre destacó por su bonhomía, su generosidad y su grandeza humana.
«Un hombre bueno»
Argimiro, al margen de otros valores, tenía pasión por la música y la enseñaba en la escuela con métodos innovadores, creando varios coros escolares y escribiendo letras musicales como por ejemplo el himno del colegio “Príncipe de Asturias”, de Almansa. Uno de los logros musicales más importantes que ha dado para Villarrobledo fue el “Viña Rock”, que lo creó y lo fundó hace ahora 21 años.
Fue en su etapa de concejal de cultura del consistorio róblense cuando unos jóvenes fueron a consultarle la posibilidad de organizar en la localidad un festival de música ‘arte-nativa’. Además, en su etapa de enseñante dinamizó el carnaval escolar y fue un excelente cantautor. De ahí el apelativo de “concejal rockero”.
En mi etapa de corresponsal de La Verdad (años 70- 80) fue cuando entablamos una relación amistosa, aunque nos conocíamos mucho antes porque era un asiduo del Bar Los Santos, donde uno laboraba junto a mi familia.
Y nuestra amistad se amplió a raíz de una actuación de Ismael Barambio en el cine Rex. Barambio,-fallecido de una cruel enfermedad en 2015 a los 55 años- fue un excepcional concertista de guitarra clásica de talla internacional. Ismael y Argimiro eran paisanos y grandes amigos, y Villarrobledo tenía que conocer al gran guitarrista conquense si se empeñaba Argimiro.
Recuerdo que cubrí el concierto con un amplio reportaje, tanto en prensa como en radio (SER y RNE), y nos hicimos amigos. Hasta el punto de que Ismael Barambio fue el padrino del bautizo de mi hijo Alberto, – de hecho mi hijo reza en su DNI como Alberto Ismael -. Obviamente a la celebración vino Argimiro con su familia.
En esa época yo marché para mi periplo futbolero y radiofónico a la capital, pero sin perder contacto con Argimiro que luego derivó en concejal, destacando por imperativo sus valores humanos desde las distintas concejalías que ostentó.
En los años 90 yo dirigía Antena 3 de Radio y posteriormente la SER de Castilla y León. Por el mes de julio recibí una llamada del concejal de cultura; era mi amigo Argimiro que pedía árnica para la feria de mi pueblo. ? Qué quieres Argimiro ¿ – le espeté- “Tú que conoces a tanta gente podías intentar que viniera a la feria algún equipo de élite de Valladolid”- me dijo en el tono tan cordial que él sabía utilizar, pero directo-. Argimiro había convivido mucho tiempo con el clero y, por lo tanto, sabía pedir y cómo hacerlo…
Así que no me anduve con rodeos. Le prometí que lo intentaría y al colgar me puse manos a la obra. Total, para no ser más reiterativo, un 15 de agosto de 1993 o 1994 (no estoy seguro del año) me presenté en mi querido Villarrobledo desde Valladolid con el entonces Fórum Valladolid de Baloncesto (un año antes militaron en sus filas Arvidas Sabonis y Oscar Schmidt) y el Balonmano Valladolid (antes Michelín) sin pagar ni un duro de la época.
La concejalía de Argimiro se hizo cargo de las comidas y el hotel – los dos autobuses fueron costeados por los clubes- y ambos equipos jugaron en el polideportivo sendos amistosos con selecciones de la región y jugadores locales, entre ellos un chaval que destacó –hijo del fallecido Bernardo Delicado- que, como dato curioso, le endosó al Fórum de Baloncesto 20 tantos ante la incredulidad de los profesionales. Y todo por la cara y el buen hacer de Argimiro.
Fueron dos días de feria con acontecimientos deportivos de un nivel más que interesante. Y todo ello gracias al “concejal rockero”: mi amigo Argimiro Martínez Jareño, al que no podía negarle su “pedido”. Cosas veredes.
Descansa en paz, amigo. Y mis condolencias a Ana María e hijos».