Una expedición a más de 12.000 kilómetros de distancia desde su «zona de confort», un reto a superar en cerca de 45 días, con unas condiciones verdaderamente extremas en pleno verano austral. Esta es la realidad a la que pretende enfrentarse el alpinista conquense Pedro Cifuentes en tan solo unos días. Desde Cuenca viajará en tan solo unas horas hasta el pueblo argentino de El Chaltén, a los pies de la montaña que lleva su nombre y también conocida como Fitz Roy, que supera los 3.400 metros de altitud.
Hace justo un año, Cifuentes también estaba allí. Con una mochila casi de su tamaño, con provisiones para aguantar 40 días y con una mentalidad puesta simple y llanamente en una idea: «La verdadera meta es regresar». Esa es su premisa y siempre lo ha sido. Ahora, el que fue nominado a ser Piolet de Oro hace tan solo unos años por su ascenso en solitario a las Torres del Paine en Chile, vuelve solo a probarse a sí mismo a la Patagonia argentina.
En solitario. Con todo lo que ello supone: llevar todo a sus espaldas, preparar su particular tienda de campaña de altura en una pared -con lo que conlleva el aguantar las condiciones climáticas-, alimentarse, avanzar, descansar… Para él y para todo su entorno, cada expedición es un viaje que nunca tiene cerrada la vuelta. Ahora intentará, de nuevo, enfrentarse al duro verano austral de la Patagonia que ya hace 12 meses le obligó a dar carpetazo a su anterior intento.
45 días en las paredes del Fitz Roy
Hace tan solo unas horas hablábamos con él para contarnos más detalles sobre su viaje. Ahora, centrado en una preparación tanto física como mental -como en cada uno de sus viajes-, tiene que afrontar esta nueva expedición. Para él es muy importante este paso previo al viaje. No deja de ser un procedimiento, un rito, para adecuarse mentalmente al reto que tiene en frente, para pensar milimétricamente en cada etapa, cada movimiento, cada intento.
«Alguna cosa falta», nos cuenta el propio Cifuentes, que ya ultima todos los detalles para la expedición. «Está todo en la cabeza», admite. En su casa, ya agrupados todos los elementos que tendrá que transportar, desde el más pequeño hasta el más importante.
[ze_summary text=»Se trata del reto más importante y más difícil para mí, hasta el momento»]Se trata del reto más importante y más difícil para mí, hasta el momento[/ze_summary]
Pedro viajará desde Buenos Aires hasta Calafate y desde allí, montarse en un autobús hasta el pueblo de El Chaltén, donde empezará a organizar cada porteo, es decir, cada viaje que tiene que hacer desde el pueblo hasta el campo base para transportar todos los materiales. Cada uno de estos viajes le ocupa una media de tres días, conforme nos explica, por lo que tendrá que ocupar más o menos dos semanas tan solo en el porteo de los materiales.
45 días, 1.080 horas: eso es lo estimado, pero nunca se sabe. Desde el campo base, su objetivo no es solo subir al cerro Fitz Roy, sino realizar una travesía integral a través de diferentes paredes. Ascensos, cruces, travesías por el hielo, escalada… Diferentes disciplinas en un solo reto.
Pedro intentará el ascenso desde el pico Guillaumet para luego atravesar varias paredes y finalmente intentar subir al cerro ‘Chaltén’, en medio de todo el macizo y a una altura de 3.400 metros. Desde allí, y tras atravesar las diferentes peculiaridades y peligros del terreno a los que se enfrentará cada día, tendrá que descender por el otro lado de la cordillera, a través de varias agujas que tendrá que bajar de forma autónoma.
Y a sus «espaldas» -no literalmente-, cerca de 100 kilos de peso entre el petate, ropa de abrigo, botiquín, comida liofilizada así como barritas energéticas, decenas de cuerdas y aseguradores, mosquetones. En cada etapa de su expedición tendrá que hacer diferentes maniobras para mover todos los materiales y para ir subiéndolos cada vez a otra altura.
Para Pedro, este es «el reto más importante y más difícil» de toda su carrera como escalador y alpinista, carrera que compagina con su trabajo como bombero en el Ayuntamiento de Madrid desde hace años. Ahora, deja a un lado el trabajo de manera momentánea para enfrentarse a una nueva expedición que supone, como él mismo cuenta, «una media rosca más a mi carrera».
«Lo importante, regresar al campo base»
«Las montañas de la Patagonia son sin duda las más bonitas del mundo». Cifuentes tiene sus preferencias, y cuenta con mucho ahínco cada detalle de su expedición. Él sabe que se va allí para un tiempo determinado… a la fuerza. No puede estar en la montaña más de 45 o 50 días, ya que las provisiones no pueden aguantar mucho más. Él sabe que toda preparación es necesaria, pero que lo más importante no es subir al pico; no es hacer la travesía, sino «regresar al campo base».
Es su máxima y siempre que puede la recuerda, siempre que tiene ocasión, en todas y cada una de las conferencias y charlas que da tanto en España como en el extranjero, para hablar de su trayectoria como escalador. Ha dado la vuelta al mundo, ha ascendido cientos de paredes, montañas, agujas, pero su regla principal no ha cambiado, así como todos y cada uno de sus lemas.
Cifuentes nos cuenta algunas de las claves para esta expedición, como son «la constancia y la perseverancia» en todo momento, así como algo muy importante para él: «no bajar la guardia, nunca». Así, recuerda que la anterior vez que estuvo en el Fitz Roy (hace un año), se ponía el despertador cada media hora en caso de que hubiera alguna tormenta, con el objetivo de vigilar y comprobar que todo estaba en su sitio.
[ze_summary text=»Es muy importante saber lo que vas a hacer en todo momento, estar vigilante y con máxima concentración»]