Alrededor de unas 500 personas se han dado cita esta tarde en la emblemática Plaza de Zocodover, en Toledo, para protestar contra el triple trasvase que se ha perpetrado hoy mismo del río Tajo al Segura: 60 hectómetros cúbicos de agua que irán de Castilla-La Mancha a Murcia a 20 hectómetros cúbicos por mes en abril, mayo y junio. Un triple trasvase que se ha hecho efectivo en la reunión de la Comisión de Explotación (nunca mejor dicho) del Acueducto Tajo-Segura, el paso previo para que el Gobierno central dé el visto bueno a los que los manifestantes consideren un «saqueo».
Unas 500 personas para protestar contra el triple trasvase
[ze_gallery_info id=»235660″ ]Al grito de «¡Tejerina, dimisión!» o «¡manos arriba, esto es un atraco!», la protesta fue convocada «de forma espontánea» hace unos días por la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo como principal protagonista. Allí estaban su presidente, Alejandro Cano, muy crítico desde hace años con la cesión de agua que ha esquilmado al río Tajo (no hay nada más que ver cómo va por la capital regional, un nicho de suciedad perenne «gracias» a los vertidos procedentes del madrileño Jarama); y políticos de casi todos los signos políticos, caso de Milagros Tolón, alcaldesa de Toledo; Álvaro Gutiérrez, presidente de la Diputación de Toledo; Antonio Luengo, director de la Agencia del Agua en Castilla-La Mancha; Sergio Gutiérrez, eurodiputado y secretario de Organización del PSOE de CLM; Javi Mateo, portavoz de Ganemos en el Ayuntamiento de Toledo; Fernando Mora, diputado regional socialista; Esther Padilla, vicesecretaria y portavoz de la Ejecutiva Provincial del PSOE de Toledo; diferentes concejales del ayuntamiento de la capital regional…
Y Jesús Labrador y varios de sus concejales del PP en Toledo, quienes han aguantado estoicamente cómo el resto de participantes cantaban, prácticamente en sus oídos, frases como «¡dónde está Cospedal!», «por un Tajo majo, los trasvases al carajo», «no es sequía, es saqueo» o los anteriormente citados.
Pero a pesar de todo, los embalses de cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, seguirán llorando porque les siguen quitando el agua… Y así durante casi 40 años consecutivos.
No olvidemos que con todo el agua que se ha trasvasado durante los últimos 39 años se podría abastecer a ciudades como Toledo o Talavera durante, ojo, 1.800 años.
Ahí es nada.