La historia de Timoteo Mendieta, contada en cuatro trazos, es de las que dan escalofrío. Fue fusilado en 1939, cuando tenía 40 años, por presidir la Unión General de Trabajadores (UGT) de su pueblo, Sacedón (Guadalajara), y por «auxilio a la rebelión» tras ser condenado por un jurado militar. Después echaron su cuerpo y lo abandonaron en una de las, ojo, 120.000 fosas comunes que oficialmente se contabilizan en España.
Y ahí estuvo durante los siguientes 78 años, cuando en mayo de este mismo año, 2017, su cuerpo fue exhumado en el cementerio de Guadalajara, junto al de otras 22 personas víctimas de la represión franquista, con el objetivo de que sus familias, por fin, les dieran el entierro que nunca tuvieron. Fue el viernes 9 de junio cuando el Juzgado recibía, del laboratorio, la confirmación de que uno de los exhumados era Timoteo Mendieta. Un periplo en el que ha sido fundamental el trabajo llevado a cabo por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
[ze_summary text=»Su esposa tuvo que marcharse entonces, en 1939, del pueblo por miedo a que le ocurriera lo mismo que a su marido y esconderse»]Su esposa tuvo que marcharse entonces, en 1939, del pueblo por miedo a que le ocurriera lo mismo que a su marido y esconderse[/ze_summary]
Por cierto, que su esposa tuvo que marcharse entonces, en 1939, del pueblo por miedo a que le ocurriera lo mismo que a su marido y esconderse en casa de unos familiares en Madrid. Así lo contó a encastillalamancha.es en enero de 2016 Francisco Vargas Mendieta, nieto de Timoteo e hijo de Ascensión Mendieta, una heroína del siglo XXI, apenas unas horas después de que se procediera a la exhumación de los cuerpos que había en la fosa 2, donde en principio se pensaba que estaba Timoteo…
Francisco nos contó que cuando su abuela escapó a Madrid «dormían 10 personas en una misma habitación, en el Puente de Vallecas». Timoteo y su esposa tenían siete hijos y la juez argentina que ha movido todos los hilos para que el cuerpo de este represaliado saliera a la luz, María Servini, llegó a afirmar que había sido un auténtico milagro que todos ellos sobreviviesen en esas condiciones de vida que tenían… Era el final de la década de los años 30 del pasado siglo en España…
Porque sí, fue una jueza argentina quien en febrero de 2014 solicitó a la Justicia española la exhumación de Timoteo en el cementerio de Guadalajara, después de que la hija de este, Ascensión, quien hoy tiene 90 años, solicitara recuperar los restos de su padre después de que en 2010 se presentara una querella en el país suramericano por los crímenes del franquismo por delitos de genocidio y lesa humanidad cometidos durante la Guerra Civil española y la Dictadura franquista, desde julio de 1936 hasta el 15 de junio de 1977, prácticamente dos años después de la muerte de Franco.
[ze_summary text=»El día de su 88 cumpleaños Ascensión Mendieta viajaba hasta Argentina para declarar en esta causa»]