A Paco le despertaron a golpe de pico después de la siesta de, aproximadamente, unos 2.000 años que se había echado en un sótano de Toledo. Pero no protestó… Mientras, a su alrededor, los operarios que trataban de desescombrar la zona donde se encontraban pararon rápidamente y la arqueóloga Gema Garrido se puso manos a la obra: el pico no había tocado una piedra cualquiera, por lo que había que seguir quitando tierra, sí, pero con muchísimo cuidado, para que Paco no se despertara de golpe…
Y excavando, excavando aparecieron… El torso y las extremidades, perfectamente conservadas, de una escultura brillante, y nos trasladó a la Roma antigua. Justo en el sótano de una casa de la calle Navarro Ledesma, junto a la plaza de Amador de los Ríos, en pleno casco histórico de Toledo.
Paco encontró a «Paco» en un sótano de Toledo…
[ze_gallery_info id=»188249″ ]Por cierto, que Paco es el nombre que le hemos puesto a la estatua romana que salió a la luz porque fue precisamente Paco, integrante de la cuadrilla de obreros que trabaja en las obras puestas en marcha por el Consorcio de Toledo, quien la descubrió. Y el Paco del siglo XXI se echa unas risas…
Carmelo Fernández y José Ramón de la Cal nos explican la importancia de la excavación romana donde se ha hallado la estatua de «Paco».
Unos sótanos (a los que ha accedido encastillalamancha.es) donde supuestamente se ha terminado de descubrir una parte de lo que se conoce como el criptopórtico, «una galería soterrada a unos seis o siete metros del nivel de la calle y que conecta con las cisternas ya conocidas de Hacienda (en la calle Alfonso X El Sabio) y con el resto del edificio, que son las termas», según contó a encastillalamancha.es el director arqueológico de la obra, Carmelo Fernández.
Tanto a Gema como a Carmelo y al arquitecto José Ramón de la Cal se los ilumina la cara cuando hablan no solo de su «Paco», sino de la suerte, el empeño o el destino, cualquiera de ellas, que han tenido con una excavación donde también se podrán ver «otra serie de muros y edificaciones, salas calientes de las termas, que estaban provistas del tipico sistema de hipocausto, suelo romano sobre arcos y que afectaban a toda esta área, que seguramente continúan por toda la plaza de Amador de los Ríos y hay síntomas de prolongación hasta Hacienda, ¡la leche!«.
[ze_summary text=»Se podrán ver muros y edificaciones, salas calientes de las termas… Y hay síntomas de prolongación hasta Hacienda, ¡la leche!»]Se podrán ver muros y edificaciones, salas calientes de las termas… Y hay síntomas de prolongación hasta Hacienda, ¡la leche![/ze_summary]