El Villarrobledo evidenció frente al Real Murcia sus carencias, las que le van a llevar por mal camino en la categoría a no ser que mejore: fragilidad defensiva, dejar tocar al rival en tres cuartos. Sobre todo frente al histórico Real Murcia, las facilidades defensivas que dio fueron enormes, mastodónticas.
Así ocurrió en el primer gol: Josema se metió hasta la cocina entre ¡cuatro jugadores azulones!; solo tuvo que ceder el balón a Víctor Curto, completamente solo, quien solo tuvo que empujar (minuto 14). Lo mejor que le pasó al Villarrobledo en la primera parte fue que esta se acabó solo con 1-0.
Pero todo seguiría igual en el segundo tiempo: Manolo se escapó de tres rivales y sirvió a Toril, que solo tuvo que batir a Salcedo.
Eso sí, el Villarrobledo tuvo alguna ocasión, en las botas de Nacho Huertas y Montero. El equipo visitante crea fútbol pero atrás concede lo indecible. Pero además contra el Real Murcia firmó el peor partido de la temporada. El tercer tanto local también partió de un error albaceteño que Álex Melgar aprovechó a la perfección.