Obviamente, no pudo ser, porque enfrente estaba el todopoderoso Barcelona Lassa, que multiplica varias veces en casi ocho veces el presupuesto del segundo de Asobal. Pero el Liberbank Cuenca se proclamó brillante subcampeón de la Copa del Rey tras caer derrotado contra un equipo blaugrana intratable, por 34-18.
La fiesta, a pesar de todo, del Liberbank Cuenca
Solo hubo emoción, partido, competición, en la primera parte, que acabó en 16-12. El Liberbank se llegó a poner 3-4 después de que Sergio López goleara a puerta vacía. El cuadro de Lidio Jiménez aguantaba en el primer tiempo gracias a las paradas del argentino Maciel, que llegó a parar tres penaltis a los mejores de Europa.
El cañón de Dutra, la buena defensa conquense, el acierto de Thiago Alves… mantuvieron a flote al Liberbank, que llegó con todo al descanso con una desventaja de solo cuatro tantos. Pero durante casi toda la primera parte las ventajas blaugranas no pasaban de uno, dos o a lo sumo tres tantos. La elegante, sobria, eficacia ofensiva de Palmarson y la tremenda variedad de la plantilla azulgrana no cejaban ante el empuje conquense.
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Pero empezó la segunda parte y el toledano Gonzalo Pérez de Vargas empezó a parar como un descosido, como quien no quiere la cosa, silenciosa, lapidariamente, descosiendo al rival, y asistiendo como un jugador de campo de forma milimétrica. Resultado: el partido se acabó en seguida. Llegaban las contras de los de Xavi Pascual, certeros, usando los extremos. Maciel ya nada podía hacer.
La segunda parte fue un paseo militar para los blaugranas. Xavi Pascual, que pidió un tiempo muerto con un enfado tremendo en la primera parte, ya estaba con otra cara. Las ventajas aumentaban inexorablemente. Lidio Jiménez movía el banco para dar la oportunidad a todos los suyos en un partido tan hermoso. Víctor Tomás se hartaba de marcar goles (con siete, el máximo goleador). Al final, 16 goles de ventaja para el Barça.
Pero la aventura copera del Liberbank Cuenca fue muy hermosa. Fue el mejor de los equipos terrenales. Se ganó su billete para la Copa EHF la próxima temporada (el Barcelona Lassa ya es campeón de liga). Y la afición conquense, la «Furia Conquense», estuvo de 10. La fiesta no decayó en todo el partido.
Gonzalo Pérez de Vargas fue designado «MVP» de la final. El Barça logró su 23ª Copa, sexta consecutiva. No tiene rival desde que Ciudad Real muriera de inanición financiera.