Aunque el entrenador del Talavera, Fran Cano, es la cautela personificada, su equipo empieza a ilusionar. Es de esos equipos cuya solidez temporada tras temporada ya no es una casualidad. Si la pasada temporada se clasificaba para la Copa, en esta lo está mejorando, y mucho. Tras adaptarse los refuerzos como sendos guantes al equipo, con la contundente victoria en el Prado por 4-0 a una teórica potencia del grupo como es el CD Badajoz, ya es tercero en la tabla, con 16 puntos, a dos del UCAM Murcia y a tres del líder, el intratable Melilla.
Ahí es nada. Ya está entre los mejores. ¿Cómo no va a ilusionar?
Y es que el Talavera mandó en el partido a placer. Ya ganaba por 1-0 en el minuto 4: Abel Molinero cruzaba el balón para batir a Arroyo.
Poco después, en el minuto 13, Oca cogía un rechazo desde la línea frontal, un poco metido en ella, y mandaba el balón muy ajustado al palo izquierdo de la meta del atribulado Arroyo.
Con el 2-0, el Talavera controló el partido, nadaba y guardaba la ropa, viendo que el Badajoz no podía.
Así se llegó hasta que el Badajoz se quedaba con un jugador menos, lo que el equipo blanquiazul aprovechaba a la perfección para sentenciar el choque: a falta de nueve minutos, Christian Fernández firmaba el 3-0 culminando una gran jugada colectiva, en un momento en el que el Badajoz, ya en busca de algún gol, dejaba espacios. Fue un gran gol por lo elaborado de la jugada, por la gran cantidad de pases certeros que la compusieron.
Y, por si fuera poco, de nuevo Christian Fernández lograba su segundo gol y el 4-0 estando al quite en boca de gol tras un rechazo de Arroyo.
Tremenda la competencia del Talavera, muy serio, sin arriesgar, administrando a la perfección, como todo un grande, sus ventajas.
Solo un pero: el mal estado del terreno de juego, demasiado blando, un peligro para la integridad de los futbolistas.