En un comunicado, la empresa ha hablado de su situación económica y de las reuniones que está manteniendo con el comité de empresa de Lominchar para «minimizar» el impacto que las medidas anunciadas (158 despidos previstos) tendrán sobre la plantilla.
De hecho, ya se han llevado a cabo dos reuniones y hoy está previsto el tercer encuentro entre empresa y representantes de los trabajadores.
El grupo Sada ha explicado que la «difícil» situación económica del país y el cambio que está experimentando el sector avícola ha influido en su actividad productiva, ya que entre 2012 y 2016 el mercado avícola cayó un 5 por ciento y Sada cayó en ventas un 13 por ciento.
En esta situación, la compañía «se ha visto forzada a tomar diversas decisiones, algunas de ellas muy difíciles», ha admitido, para adaptar el exceso de capacidad y optimizar sus recursos.
Ha decidido «reorganizar» las secciones de despiece y congelación de la planta de Lominchar y mantener la línea de productos elaborados y de carne para la industria.
«De no llevar a cabo esta medida, la empresa se encontraría en una situación económica insostenible que provocaría el cierre total de las instalaciones de Lominchar y la pérdida de la totalidad de los empleos de Sada en la localidad», ha vaticinado.
Entre otras medidas, la empresa ha ofrecido la posibilidad de 70 recolocaciones en diferentes centros de trabajo del país y negociar las condiciones de los traslados con ayudas al alquiler y por mudanza.
El pasado sábado, alrededor de un millar de personas, según cifras de CCOO, protestaron contra el desmantelamiento de la avícola Sada en Lominchar y el despido previsto de 158 trabajadores, en su mayoría mujeres.