La desaladora de Torreviaja, que durante el 2017 fue «principal fuente de agua» de la provincia de Alicante, se ha quedado sin clientes tras perder el último: la Mancomunidad de Canales de Taibilla. La razón es simple, los regantes del Levante vuelven a tener agua del Tajo para abastecer sus cultivos y ya no les hace falta el agua desalada, que es más cara y de peor calidad, según exponen.
Esta noticia la publica el diario Información, quien asegura que los ayuntamientos de la mancomunidad que ha estado usando este agua durante un largo tiempo ya les «basta con la del Tajo y la de sus propias desaladoras«, que son las de Alicante y San Pedro del Pinatar. Poco importa que la cabecera del Tajo hasta hace unos meses estuviese prácticamente seca, que se aprobara un triple trasvase cuando estaban al 18 por 100 con solo 467 hectómetros, o que en la actualidad tan solo contenga el 28 por 100 de su capacidad total…
O importando menos aún que a consecuencia del trasvase haya menos renta, menos población y la mitad de plazas hoteleras en la cabecera del Tajo que las que había antes de la construcción del trasvase, tal y como indicó un estudio de la UCLM.
En 2017 desaló a la mitad de su capacidad
Según indica el mismo diario, la desalinizadora de Torrevieja fue la «principal fuente de agua de la provincia». El trasvase Tajo-Segura estuvo cerrado durante nueve meses y en la provincia alicantina no tuvieron problemas de abastecimiento. La clave fue la desaladora de Torrevieja, en entredicho desde que se construyó por su elevado coste (300 millones) y porque no se puso en marcha hasta 2014.
Durante el 2017 estuvo al 50 por 100 de su capacidad total de 80 hectómetros cúbicos. Desaló 40 hectómetros de agua que sirvieron tanto a los municipios de la Mancomunidad de Taibilla como a los regantes para hacer frente a sus necesidades de agua.
Además, en esta desaladora hay una ampliación pendiente que podría aumentar su producción hasta los 120 hectómetros cúbicos. Sin embargo, esta se ha quedado sin clientes porque mientras el agua del trasvase siga siendo mucha más barata, la desaladora no tendrá uso. Estas multimillonarias inversiones seguirán muertas de risa mientras sea más barato esquilmar al Tajo, pese a que en Entrepeñas y Buendía segamos viendo imágenes como esta:
Una inversión de 45 millones para llegar a los 120 hectómetros
La anterior ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, anunció una inversión de 45 millones para poder elevar la producción de la planta hasta los 120 hectómetros cúbicos. El proyecto se comenzó a redactar en el pasado mes de marzo y se iba a desarrollar «con la máxima celeridad». Podría sumar otros 45 millones a los 300 desembolsados en ella. Además, el verano pasado, el Ministerio de Agricultura y Pesa, Alimentación y Medio Ambiente aprobó obras de «emergencia» en seis desaladoras con el fin de aumentar el rendimiento, puesto que se dejaron de aprobar trasvases al encontrarse Entrepeñas y Buendía por debajo de los 400 hectómetros cúbicos, el umbral mínimo bajo el cual no se puede trasvasar.
Veremos cómo afronta ahora el problema del agua el actual Gobierno de España, cuyas competencias en materia del trasvase corresponderán a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.
«El agua desalada es más barata que la de los trasvases», dicen los ribereños
La Asociación de Municipio Ribereños de Entrepeñas y Buendía sostiene que el agua desalada es más barata que la del Tajo. Esto se debe, según indican, a que la de los trasvases está «subvencionada en un 80 por 100 con el dinero de todos».
El precio del agua desalada «se fija en función a la demanda y cayendo la demanda elevan su precio para justificar los trasvases. Esto es otra estafa más de los pésimos trasvasistas», aseguran los ribereños.