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viernes, 22 de noviembre de 2024
Náyades muertas en el embalse de Entrepeñas.
Náyade muerta en el embalse de Entrepeñas. Foto - Sergio Román
El ecosistema del pantano se muere - 03 octubre 2017

La plataforma Río Tajo Vivo denunció ayer la muerte de cientos de náyades y publicó las fotos que compartimos en sus redes sociales. Encastillalamancha.es ha hablado con ellos y nos cuentan que la poca vida acuática que queda en el embalse de Entrepeñas se está muriendo debido al poco volumen de agua embalsada y las «salvajes» bajadas que se vienen produciendo.

Entre las especies que dejan de poblar el pantano están las náyades. Comúnmente conocidas como mejillones o almejas de agua dulce, las náyades realizan una función vital en los embalses: son las grandes depuradoras de este agua. Uno de sus principales rasgos biológicos es que son capaces de filtrar una enorme cantidad de agua al día, en torno a 50 litros. Estos moluscos mejoran considerablemente la depuración de los hábitats acuáticos de los que forman parte.


[ze_summary text=»Con lo que están haciendo a Entrepeñas y Buendía puede casi por darse por perdida la reproducción de casi todas las especies»]

Con lo que están haciendo a Entrepeñas y Buendía puede casi por darse por perdida la reproducción de casi todas las especies[/ze_summary]

 

Según indican desde Río Tajo Vivo, en tres zonas del embalse guadalajareño no dejan de salir ejemplares muertos de esta especie animal. Con el nivel tan bajo en el embalse, con solamente 77 hectómetros y el 9,6 por 100 de sus reservas totales, cuando se produce una bajada como la del pasado fin de semana (por el canal de trasvase se fueron en torno a dos hectómetros), las náyades quedan fuera del agua y atrapadas en el cieno.

El nivel de la cota de embalse en Entrepeñas bajó en torno a 10 centímetros a la altura de la presa, lo que hace que en zonas llanas queden al descubierto entre 5 y 10 metros de superficie, dejando a los moluscos desamparados.

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Pero no solo afecta a las náyades, que además de un molusco es un ser mitológico griego, los peces también sufren las consecuencias de la bajada en el vaso de embalse. Debido al poco espacio con agua que ya queda en el pantano, dificulta las puestas de cría de peces, puesto que los «desoves los hacen en las orillas y al quedar fuera del agua mueren sin llegar a nacer» indican desde Río Tajo Vivo.

Las consecuencias de la perdida de caudal están siendo devastadoras en el ecosistema de Entrepeñas y Buendía. Por eso desde la plataforma son contundentes con su análisis: «con lo que están haciendo a Entrepeñas y Buendía puede casi por darse por perdida la reproducción de casi todas las especies que pueblan sus aguas y sus cienos».

Por último, un agravante más. La plataforma denuncia que esta pérdida de la vida acuática se debe al «saqueo» que se ha hecho con la cabecera del Tajo, el último con el trasvase encubierto se ha dañado todavía más a un espacio que pertenece a la Red Natura 2000.

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