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sábado, 23 de noviembre de 2024
Carmen Fernández.
Carmen Fernández. Foto - Innovo Comunicación
Desde el Hospital de Parapléjicos - 28 septiembre 2019 - Toledo

El consorcio internacional -liderado por la investigadora toledana Carmen Fernández desde el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo- que va a investigar el papel de la hormona leptina y el efecto de la regulación de su función para «atacar» la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y ver sus potencial terapéutico en esta enfermedad, comenzará sus trabajos en este mes de septiembre.

‘Metabolep, una potencial diana terapéutica para la ELA dirigida al metabolismo: Leptina’, es el nombre de esta iniciativa que ha obtenido una de las 79 ayudas a proyectos de investigación e innovación de excelencia nacionales e internacionales otorgadas por la Fundación Bancaria ‘la Caixa’ y que consiste en 500.000 euros de donde también saldrá el sueldo de Fernández y el de dos personas más que serán miembros de su equipo investigador en Toledo.


Según ha explicado Fernández a Europa Press, ‘la Caixa’ realiza una «encomiable labor» de apoyo a la investigación, es una de las pocas entidades que financia proyectos centrados «única y exclusivamente» en la ELA y solo financian un proyecto por año de estas características en colaboración con la Fundación Luzón, eligiendo el que obtiene la mejor puntuación de entre los proyectos presentados, caso este año de ‘Metabolep’.

Los nombres propios del consorcio internacional

Con todo, la investigadora ha indicado que el proyecto cuenta con un consorcio internacional del que ella es el ‘project leader’ y que está formado por la doctora Nuria Del Olmo de la Facultad de Farmacia de la Universidad San Pablo CEU de Madrid, el doctor Jemeen Sreedharan del Maurice Wohl Clinical Neuroscience Institute, King’s College of London, y la profesora asociada Anna King del Wicking Research Education Center de la University of Tasmania (Australia).

«Además contamos con dos investigadores asesores de la Universidad de Brisbane (Australia) y la Universidad de Oxford (USA)», ha apuntado, para señalar que cada uno de estos investigadores tiene una gran experiencia en la parte que aportan al proyecto y que son «muy punteros» en sus respectivas áreas.

Este proyecto consta de investigación básica -trabajo con animales- e investigación clínica, ya que, en función de los resultados obtenidos, será en Australia donde se lleve a cabo la última parte del proyecto y se validarán los datos obtenidos en animales en muestras de pacientes.

Así, la parte de modelos con animales la realizarán en el Hospital de Parapléjicos, en la Universidad San Pablo CEU y por parte de los investigadores de Londres. Después, en Australia, se hará la parte clínica y también la investigación para dar la respuesta al papel que juega la Leptina sobre las motoneuronas.

Pacientes obesos con ELA

Carmen Fernández ha explicado que pese a que se ha avanzado «mucho» en el conocimiento científico de esta enfermedad en los últimos 10 años, se trata de una dolencia neurodegenerativa, progresiva e invalidante, que sigue teniendo un pronóstico poco esperanzador, dado que a día de hoy no se ha conseguido diseñar un fármaco para detener o frenar su progresión, o conocer la base de la enfermedad desde un punto de vista distinto al actual para encontrar una solución que tal vez no requiera del uso de un fármaco como tal.

Así, la investigación se basa en dos recientes estudios de 2017 y 2019 que han comprobado que pacientes con ELA que tienen un Índice de Masa Corporal elevado tienen un curso clínico más lento y menos severo, y que las personas obesas tienen un menor riesgo de padecer esta enfermedad.

Estos estudios epidemiológicos han analizado en muestras de plasma de pacientes con ELA si diferentes biomarcadores relacionados con el metabolismo podían estar asociados con la supervivencia de estos pacientes, ser empleados para el diagnostico o correlacionarse con la duración de la enfermedad, resultando que la Leptina ha sido el marcador que ha reaccionado positivamente con ese curso clínico más lento de la enfermedad frente a otras adipocitoquinas.

Manipulación controlada de los niveles de Leptina

‘Metabolep’ quiere comprobar si la manipulación controlada de los niveles de Leptina y la regulación de sus mecanismos de acción en el sistema nervioso central puede modificar el curso clínico de la enfermedad, determinando así, por ejemplo, si una intervención nutricional controlada en un paciente no obeso diagnosticado con ELA podría ser beneficiosa.

«La idea es utilizar en nuestros modelos animales, que tienen ELA, dietas específicas de alto contenido en grasa y ver si puede manifestarse en una mejora de la sintomatología de la enfermedad al proteger las motoneuronas frente al daño, mediante la manipulación controlada de los niveles de Leptina y de sus mecanismos de acción en el sistema nervioso central», ha apuntado Fernández.

En este sentido, estudios realizados por la Universidad San Pablo CEU ya han demostrado que una dieta de este tipo no sólo aumenta los niveles de Leptina sino que además desensibiliza sus vías de señalizacion. «Es una estrategia dirigida a modular el metabolismo y contribuir a aliviar el estrés bioenergético asociado a la enfermedad».

El proyecto utilizará el único modelo de ELA que tiene un curso clínico similar a las personas que padecen la enfermedad y que está «muy centrado» en la proteína TDP-43, alterada en más del 90% de los pacientes con ELA, tanto en su forma familiar como esporádica. «Por tanto, los resultados del proyectos serían extrapolables a casi al 100 por cien de los pacientes que tiene ELA».

Los resultados van a dejar mucha información

«Vamos a utilizar modelos muy novedosos que van a permitirnos responder a si se trata de una cuestión de tener más o menos Leptina o de tener Leptina pero que funcione bien, porque si tenemos mucha Leptina pero no señaliza da igual que haya mucha que poca», ha argumentado.

La investigadora toledana ha indicado que los resultados también van a arrojar mucha información con el fin de diseñar estrategias dirigidas a una intervención puramente farmacológica y no tanto fisiológica o metabólica, con el fin de encontrar nuevas estrategias para atacar esta enfermedad.

Finalmente, ha destacado que también esta investigación puede determinar si la Leptina puede ser un biomarcador y ayudar en la detección precoz del ELA, al comprobar si hay una correlación entre los niveles de la Leptina en plasma y el curso clínico de la enfermedad.

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