No quieren ningún tipo de «guerra», pero se sienten perjudicados y por ello han tendido la mano al Gobierno de Madrid «para acercar posturas y desarrollar una infraestructura conjunta, por lo que también pedimos el apoyo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha», tal y como ha expresado en una rueda de prensa que ha tenido lugar en el aeródromo de Casarrubios el gerente de la empresa Aerohobby, Ignacio Elduayen, «porque es una situación injusta a la que se quiere someter a esta infraestructura, uno de los aeródromos de prestación de servicios públicos más importantes de España».
O, lo que es lo mismo, «el proyecto del aeródromo del Gobierno de Madrid en El Álamo (pinche aquí para leer más información) es absolutamente incompatible con el actual aeródromo de Casarrubios del Monte. Nosotros llevamos más de 20 años en funcionamiento y realizaomos casi 100.000 operaciones de vuelo al año. El que promueve la Comunidad de Madrid, a apenas dos kilómetros del nuestro, conllevaría la desaparición del actual».
Un aeródromo, el ya existente, «que fue declarado de Interés Regional para Castilla-La Mancha y que dispone, por parte del Estado Mayor del Aire y de la Dirección de Aeropuertos y Navegación Aérea de AENA de una compatibilidad del espacio aéreo para ser calificado de uso público».
Elduayen ha recordado que en la actualidad tienen más de 500 usuarios y hay 40 empresas, privadas y públicas, que operan en sus instalaciones, además de formar a 150 pilotos al año y se la considera como una de las escuelas de aviación más importantes del país, teniendo en sus hangares no menos de 350 aeronaves.
«EL AERÓDROMO DE CASARRUBIOS NO ES UN PROYECTO, SINO UNA REALIDAD EMPRESARIAL»
Y ha querido dejar claro que el aeródromo de Casarrubios «no es un proyecto, sino una realidad empresarial y económica que corre grave peligro al ser absolutamente incompatible con uno nuevo». Y ha insistido en que la Comunidad de Madrid «conoce a la perfección esta situación y nuestra postura, aunque ahora sus responsables quieran desvincularse de él. Lo conocen porque se han matenido varias reuniones con el viceconsejero de Transportes e Infraestructuras, pero es que además se aprobó un Plan de Infraestructuras 2007-2025 en el que se plasmaban diferentes compromisos».
En concreto, en uno de sus apartados, el citado Plan dice que «la Comunidad de Madrid impulsará los acuerdos oportunos con el aeródromo privado de Casarrubios con el fin de evitar cualquier interferencia entre los espacios aéreos de ambas infraestructuras», por lo que, según Elduayen, «no entendemos cómo ahora el Gobierno madrileño va en contra de sus propias normas y se desentiende de la situación».
De ahí que haya insistido en que ellos siempre han pensado «en apostar por una infraestructura conjunta con la Comunidade de Madrid, ya que sería mejor desde todos los puntos de vista, sobre todo en el económico y en el operativo».
También ha facilitado un dato económico importante, que es que el nuevo aeródromo en El Álamo (Madrid), a sólo dos kilómetros del actual, «supondrá un gasto de 230 millones de euros mediante la fórmula de concesión a un gestor privado, cuando el actual no ha costado ni un solo euro a los ciudadanos y dispone de todos los permisos y capacidad plenamente operativa».
LAS CARENCIAS TÉCNICAS DEL QUE SERÍA EL NUEVO AERÓDROMO
El gerente de Aerohobby ha finalizado exponiendo las que, desde su punto de vista, serían las carencias técnicas del nuevo proyecto, «que pueden afectar al volumen de negocio e incluso a la seguridad, además de causar molestias a la población».
Carencias que serían: «La longitud de pista, que con 2.000 metros no tendría capacidad ni para la mitad de los aviones ejecutivos que existen en el mercado; la proximidad de sus cabeceras a los núcleos de población obligarían al cierre durante la noche por el nivel elevado de ruidos, por lo que no sería operativo las 24 horas, lo que conllevaría una importante pérdida de volumen de negocio; y, tercero, las pistas del proyecto de aeródromo de Madrid cruzarían vientos predominantes, lo que podría entrañar peligro para la aviación en días de vientos fuertes, además de que la infraestructura prevista está dividida por una carretera, lo que resultaría poco práctico, costoso y peligroso, ya que las maniobras de despegue y de aterrizaje ser harían a escasos metros de los vehículos en tránsito».