MasterChef no es un juego de niños. Cada semana, el nivel exigido por el jurado es superior y no todos los aspirantes pueden soportarlo. Por eso, esta semana viviremos el primer abandono voluntario por parte de uno de los aspirantes. Una despedida muy dolorosa para el afectado, para sus compañeros y para el jurado.
En el primer reto de la noche, Carlos Maldonado, el ganador de la pasada edición, regresará a las cocinas donde tocó la gloria para contagiar a los aspirantes de su ‘nervio’ y de su espíritu de superación. Los concursantes deberán entrenar su memoria visual y gustativa tras catar uno de los platos del talaverano. Solo tendrán 75 minutos para reproducirlo a la perfección. El que demuestre poseer el mismo don que Carlos conseguirá el ‘pin’ de la inmunidad y capitaneará uno de los dos equipos en la prueba exterior. ¿Serán capaces de superar la presión?
Los aspirantes de MasterChef tendrán que superar los errores anteriores, organizándose mejor y aprendiendo disciplina en la base aérea de Torrejón de Ardoz, donde rendirán un homenaje a la Unidad Militar de Emergencias (UME). Este cuerpo de élite, integrado en las Fuerzas Armadas y compuesto por 3.500 efectivos, trabaja en zonas de catástrofes y grave riesgo. El jurado organizará un cóctel para conmemorar el décimo aniversario de la UME.
El equipo que no esté a la altura cocinará con los manjares del mar: los crustáceos. Buey de mar, centollo, nécora, cangrejo azul, bogavante y cangrejo de río serán algunos de los productos que se esconderán bajo la Caja Misteriosa. ¿El reto? Elaborar un plato libre con ellos en 60 minutos. El aspirante con menos aptitudes deberá abandonar su delantal.