El vicario episcopal, Felipe García Díaz-Guerra, ha señalado hoy horas después del derrumbe del techo de la iglesia de San Juan de Ávila, en Talavera, que a pesar del destrozo sufrido «gracias a Dios ha sido una hora en la que no había nadie», tal y como ha informado hoy el Arzobispado de Toledo en una nota de prensa.
En la imagen, el alcalde de Talavera, Jaime Ramos, de espaldas, junto al vicario episcopal, delante de la iglesia derruida.
Además, ha recalcado que a pesar de que el recinto fue inaugurado hace apenas 35 años, el 1 de noviembre de 1981, «todas las obras menores que se han realizado en el templo durante estos años han estado siempre supervisadas por técnicos».
Pero el servicio religioso continuará, no en el mismo edificio evidentemente, sino que la misa vespertina de las ocho de la tarde se celebrará en el centro cívico La Solana, frente a la iglesia; y el martes 11 las catequesis de los niños que van a realizar la Primera Comunión en el colegio Antonio Machado.
Ahora serán los peritos de la aseguradora quienes determinen las causas del derrumbe de la cubierta y de parte de los muros exteriores e interiores. Ahora el Arzobispado está a la espera de conocer el informe que tienen que realizar los técnicos de Urbanismo del Ayuntamiento de Talavera para inmediatamente después iniciar los trabajos de desescombro que se tendrán que encargar a una empresa especializada.