viernes, 22 de noviembre de 2024
tribunales 31/03/2016junio 7th, 2017

El 15 de febrero de este año 2016, la Diócesis de Ciudad Real, a través del Rector del Seminario Diocesano, puso en conocimiento del Ministerio Fiscal el resultado de una investigación interna llevada a cabo sobre ciertos comportamientos del sacerdote encargado del grupo de alumnos de la ESO de dicho centro, por si fueran constitutivos de delito de abusos sexuales.

Ante tales hechos, la Diócesis expresa en un comunicado de prensa su «apoyo incondicional y la unión en el sufrimiento con las supuestas víctimas y sus familias». Indica que, desde el inicio del proceso abierto en el ámbito eclesiástico y siguiendo el procedimiento previsto para estos casos por la disciplina canónica, «se ha estado en permanente contacto con los familiares, poniendo a su alcance no solo toda la información de que se disponía sino también el apoyo y la ayuda de profesionales».


En segundo lugar, manifiesto «de manera firme y contundente» su condena de cualquier delito de abuso de menores y expresa su disponibilidad para colaborar con las autoridades judiciales a fin de que se haga justicia.

«Oportunamente se inició el proceso penal judicial sobre el sacerdote denunciado ante el tribunal diocesano. El resultado de este proceso canónico se entregó a la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma el martes 9 de febrero de 2016. Así se ha procurado en todo momento clarificar las acusaciones con exactitud y celeridad, desde la presunción de inocencia que tiene como derecho todo acusado y el debido respeto del principio de confidencialidad de las supuestas víctimas, sobre todo tratándose de menores de edad», señala la Diócesis de Ciudad Real.

Según la web del seminario, un total de 14 alumnos, con edades comprendidas entre los 12 y los 13 años, forman actualmente la comunidad escolar que estudia 1, 2 y 3 de Educación Secundaria Obligatoria en el Seminario de Ciudad Real, quienes proceden de distintos puntos de la provincia de Ciudad Real.

Estos jóvenes, que viven en el seminario, suelen compartir clases y un mismo espacio de estudio, al tiempo que se reparten las tareas para cuidar las salas, los animales o regar las plantas y comparten aficiones similares, como practicar deporte.

«Reconocemos, por último, que la inmensa mayoría de los sacerdotes son ejemplares en el ejercicio del ministerio sacerdotal», concluye.

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