Es la historia de increíble buena suerte de un joven toledano de 20 años, estudiante en Barcelona, al que el atentado le rozó a dos minutos de La Rambla.
Cuenta por teléfono a encastillalamancha.es que venía de dar un paseo por la playa y que iba a su casa a dejar las cosas porque quería irse a correr. Fue entonces cuando empezó a oír ambulancias, primeramente pocas, pero en seguida un número sospechoso de ellas.
[ze_summary text=»No escuché gritos, ni golpes, solo ambulancias, todo duró tres segundos»]No escuché gritos, ni golpes, solo ambulancias, todo duró tres segundos[/ze_summary]«No escuché gritos, ni golpes. Todo duró unos tres segundos. Me subí a casa a dejar las cosas y bajé a la Rambla para ver qué había pasado, pero ya estaba vacía y acordonada por las autoridades«, explica. Él vive con unos compañeros en la Plaça Joaquim Xirau, muy cerca de la Rambla, a una parada de metro.
[ze_summary text=»No quería bajar a la calle por temor»]No quería bajar a la calle por temor[/ze_summary]Fueron sus padres, que le llamaron en seguida para ver cómo estaba, los que le informaron de que se trataba de un atentado, y grave. A eso de las 19:30 horas de la tarde ya sabía que iban 13 muertos y que los dos terroristas estarían escondidos en un bar. No quería bajar a la calle por temor.
En la foto que él mismo ha enviado, hecha desde la ventana de su casa, se ve «gente intentando pasar a La Rambla y la policía prohibiéndolo con cordón policial».
Y agrega: «Se puede ver la cantidad de gente que hay paseando». Eso es lo que le ha chocado: la cantidad de personas que veía comportándose como si no estuviera pasando nada, sin duda por desconocimiento.
[ze_summary text=»Frente a su casa había aparcada una furgoneta muy sospechosa, pero no era la del atentado, le tranquilizó un policía»]Frente a su casa había aparcada una furgoneta muy sospechosa, pero no era la del atentado, le tranquilizó un policía[/ze_summary]Una cosa más comenta este joven toledano, que prefiere mantenerse en el anonimato. Dice que frente a su casa había aparcada una furgoneta que en principio podía ser la del atentado por su apariencia, pero un policía le dijo que no, que aunque era el mismo modelo, el número de la matrícula no coincidía, que estuviese tranquilo.
Este muchacho toledano lleva un año estudiando una Ingeniería, aunque solo llevaba dos días en Barcelona, para empezar un nuevo curso.