viernes, 18 de octubre de 2024
Un pub liberal en Toledo 29/09/2016junio 7th, 2017

El martes 27 encastillalamancha.es publicó el reportaje «En este pub de Toledo se puede practicar sexo en tríos, por parejas…». Era la primera parte de un «viaje» que hicimos por el pub Caligari, en el barrio de Santa Bárbara, en Toledo. Hoy publicamos la segunda, donde además de entrar un poco más en el interior del local y contar las experiencias de algunos de sus clientes, además de la excitante vida de los propietarios, Pilar y Miguel.
Panel francés, cama redonda, mazmorra…
Pasen, vean y, por supuesto, disfruten…

Salva y Lupe (nombres ficticios, como los del resto del reportaje salvo los de los propietarios, Pilar y Miguel, que son reales) son dos de los clientes del pub Caligari que no han querido perderse la celebración del tercer aniversario de este local liberal donde el intercambio de pareja, los tríos, los cuartetos, los desnudos, el pasillo francés, la mazmorra o la cama redonda que en realidad es rectangular son la tónica habitual, y diferencial, del día a día… Y con ellos también habló encastillalamancha.es.


«LA GENTE NO VIENE SOLO A FOLLAR, ESTO ES UN MUNDO COMO AL QUE LE GUSTA LA CAZA O LA PESCA»

«Venimos aquí porque nos gusta este ambiente y, sobre todo, porque sales de la monotonía y la rutina». Llevan ya 11 años como pareja y lo que tienen claro es que «aquí la gente no viene solo a follar, esto es un mundo como al que le gusta la caza o la pesca, es una afición que compartes… Al cazador le gusta estar con otros cazadores y hablar de la escopeta que te has comprado, pues a nosotros nos gusta estar con otras parejas».

El prototipo del cliente del pub Caligari, en el barrio de Santa Bárbara, en Toledo, es el siguiente, según Pilar y Miguel, los propietarios: «Tiene una edad media de 40 años», lo que consideran como ideal, porque, y aquí toma la palabra Pilar, y lo tiene muy pero que muy claro… «La primera vez que yo fui a un local liberal fue con 23 años. Por mi experiencia, no recomiendo a la gente que vengan muy jóvenes porque lo queman todo y hay que disfrutar de la vida. Este tipo de locales son para cuando llevas más rodaje en la vida. Pero ojo, que es mi opinión, luego cada uno puede hacer lo que quiera».

«CUANDO LO PRUEBAS ES COMO LA MONTAÑA RUSA, CIERRAS LOS OJOS, TE AGARRAS FUERTE Y DICES… ¡QUE ESTO ME LLEVE DONDE QUIERA!»

Y cuando vinieron la primera vez… «Pues hay un equilibrio entre la vergüenza o timidez del primer momento y la curiosidad; que en la segunda se vence. Pero la primera vez cuesta trabajo, ¡da corte!».

De hecho, estuvieron semanas con aquello de «vamos, no vamos, vamos, no vamos… Pero cuando llegas y lo pruebas es como la montaña rusa, cierras los ojos, te agarras fuerte y dices… ¡Que esto me lleve donde quiera!».

Junto a Salva y Lupe han llegado Tino y Luisa, quienes apenas llevan un mes probando… Las dos parejas se han conocido a través de internet y han congeniado bien. Luisa apenas nos mira, ¡como que con ella no va la cosa!, pero Tino lo tiene claro: le gusta el tema. Una hora más tarde Lupe se enfundará unas mallas y así se paseará por el local, hasta que los cuatro pasan al interior, a esa zona donde todos los gatos son pardos y…

LA MAZMORRA, ESE LUGAR DONDE LAS PAREJAS COGEN A UN CLIENTE DE LA BARRA Y LE AZOTAN…

Volvamos a esa «zona oscura» de la mano de Pilar y Miguel. Entramos en la pista de baile, pequeñita, donde hay una barra vertical en el centro donde las clientas hacen estriptis y en la que el papel de Pilar es fundamental. Porque «hay que romper el hielo y normalmente quien lo rompe soy yo; con las fiestas de lencería sucede lo mismo, es entonces cuando la gente empieza a participar». Por cierto, el resto puede mirar, «que también es un punto».

Al lado, la mazmorra, donde en plena faena la luz brillará por su ausencia, «donde las parejas se meten mano, follan o no, depende de cómo los pille el cuerpo. Un espacio para seis u ocho personas, o para parejas que cogen a un cliente de la barra y le azotan… Nosotros tenemos lo básico, un antifaz y un látigo, y quien quiera más puede venir con sus herramientas…

«AQUÍ LA GENTE HA FOLLADO HASTA EN LOS TABURETES DE LA BARRA»

Y de ahí a una zona nueva, a la que han dado una vuelta respecto a como estaba hasta hace poco tiempo… Es el lugar donde se encuentra la cama del pasillo francés (recuerden, aquel panel con los agujeros y agujeritos situados a diferentes alturas para que los hombres introduzcan su pene y llegue él o ella y ponga «bocas a la obra»…); también ha rincones de morbo, «algo diferente, para que la gente vea directamente cómo follan los demás…».

Porque, no lo olviden, «aquí la gente ha follado hasta en los taburetes de la barra, ¿eh? Donde les pille, todo el mundo puede estar desnudo y la gente se comporta muy bien y es muy respetuosa…», recalca Pilar sin dejar de sonreír.

A NEREA LE COSTÓ ENTENDER LO QUE LE PEDÍA JACINTO, PERO AL FINAL… ELLA LE VIO A ÉL FOLLAR CON OTRA Y VICEVERSA

A Nerea le costó entender lo que le pedía Jacinto… Sí, sí… Pero tantas veces me insistió que pensó que, por qué no, por probar… Era un ofrecimiento para salir de la monotonía. Llegan al local, saludan y se van al rincón. Copa en mano, esperan a que otra pareja quiera. A ella le gusta el Caligari «porque la gente es muy discreta y agradable, y hacemos amistades».

Por supuesto, rompieron la barrera del… Pues que tanto ella le vió a él follar con otra y viceversa. ¿Hubo mosqueos o algo similar? «No, nos pareció bien», dice Jacinto. Y ella asiente…

¿Cuál es el tipo de cliente que tiene el Caligari? «Pues de Toledo son pocos -matiza Pilar- la mayoría son de fuera, aunque también los hay que te dicen que son de fuera pero en realidad son de Toledo. Como yo soy muy discreta y no me gusta que me mientan, pues no pregunto, yo quiero que la gente entre en mi local y se lo pase bien…».

Por cierto, que por allí ha pasado gente conocida, sí, sí… ¡Pero hay un mutismo absoluto con los nombres! Ja, ja, ja…

PAREJAS QUE SE PONEN CACHONDAS Y EN VEZ DE IRSE A SU CASA…

Sigamos con la radiografía del local… Por la misma zona hay «una cama redonda que es rectangular, zonas con más o menos luz y habitaciones donde se pueden encerrar y no entra nadie, a su elección, gente a la que no quieren que les vean o parejas que se ponen cachondas y en vez de irse a su casa lo hacen en esa habitación… Incluso se puede ver a personas desnudas por el local, «porque les gusta que les vean así, pero que no los toquen».

Entre las anécdotas que se han vivido, por ejemplo, explica Miguel, «está la de una pareja que llegó y… El hombre me dijo que le había costado seis meses convencer a su mujer para venir, y yo le pregunté si su mujer sabía dónde venía, estaba muy convencido de que sí, se metieron en la pista a bailar sueltecito, los maridos de otras parejas la hicieron a ella un sándwich pero vestidos y él viendo… Empezaron a quitarla ropa, él se salió de la pista, vino a la barra y le volví a preguntar si estaba seguro de que había convencido a su mujer. Me dijo entonces que no, y la mujer siguió bailando, muy suelta… No han vuelto a venir, de hecho se han separado. Estos locales no arreglan parejas, sino que alargan la vida de la pareja si lo llevan bien, pero si su relación la llevan mal se termina rápidamente…».

«VENGO UNA VEZ POR SEMANA, POR MORBO, VENGO SOLO, ME PONGO EN LA BARRA Y ESPERO…»

A Rodolfo le gusta venir al Caligari… «Sí, y lo hago por morbo. Vengo una vez por semana, me pongo en la barra y espero para hablar con las parejas. No termino follando cada vez que vengo…». Él también ha vivido otras experiencias, sabe de qué va esto, «una ocasión una pareja me ofreció estar con la mujer en el asiento de atrás del coche mientras él conducía; me han llevado al cine para meternos mano o masturbarnos…». Y lo tiene claro, «cuando hay un trío, quien manda es la mujer».

PILAR Y MIGUEL… «NOSOTROS NO LO HACEMOS EN EL LOCAL, EL NEGOCIO ES EL NEGOCIO»

Terminamos con Pilar y Miguel… «Ella sabe que yo no tengo interés prácticamente por ninguna, yo disfruto con ella, estamos enamorados, ¡pero si llevamos 33 años juntos, ya me contarás!».

Eso sí, tienen claro que ellos no follan en el interior del local, «el negocio es el negocio, si la gente está aburrida y me tengo que poner a bailar, pues me pongo (Pilar), pero aquí follar con otra gente no, porque es un negocio».

El pub Caligari, un local liberal, real como la vida misma…

Entren…

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