El neumólogo catalán Josep Tarrés, experto en enfermedades cancerígenas relacionadas con el amianto y que el próximo lunes, 3 de octubre, ofrecerá una charla en el centro social de Santa María de Benquerencia (Toledo) sobre este tema, afirma que el único nivel que asegura no padecer un cáncer de pleura debido al amianto es cero.
Imagen del amianto en el barrio de Santa María de Benquerencia de Toledo.
En una entrevista con Efe, el doctor Tarrés explica que inhalar fibras de amianto puede provocar enfermedades crónicas, como la asbestosis, para la que existen determinados niveles de seguridad, o cánceres, como el de pleura, para el que «no existe un nivel mínimo de seguridad».
Las proximidades del barrio de Santa María de Benquerencia presentan multitud de residuos de este mineral usado durante el siglo el XX para fabricar fibrocemento, un uso por el que España llegó a importar «2,6 millones de toneladas», sostiene Tarrés.
«La pleura es la funda que envuelve los pulmones, que se llama mesotelioma. La gravedad del amianto que hay en Toledo sobre este asunto sería la posibilidad de padecer este cáncer, ya que para provocar otro tipo de enfermedades harían falta niveles muy superiores a los que hay allí», apunta.
Tarrés, que lleva analizando y realizando estudios sobre este tema desde hace 15 años con un equipo sanitario de diez personas en el Institut Català de la Salut, y 40 años como médico, advierte que el problema del cáncer que provoca el amianto es que presenta los síntomas de manera «muy tardía».
Así, asegura que desde que trabaja con este tipo de enfermedades ha diagnosticado a unas «1.000 personas» en Sardañola del Vallés (Barcelona) con afecciones provocadas por el amianto de las que 50 fallecieron a causa de un cáncer de mesotelioma.
Sobre cómo se certifica que una persona presenta una enfermedad a causa del amianto, Tarrés indica que una prueba que «sugiere mucho» es cuando en la misma radiografía que evidencia un cáncer de pulmón aparecen otros síntomas de haber estado en contacto con amianto.
Además, precisa que los estudios epidemiológicos y también el anatomopatológico, es decir, la biopsia, puede concretar que existe amianto alrededor de la pieza de tumor estudiada.
«Desde que se inhala hasta que se manifiestan los síntomas, el promedio está entre los 20 y 25 años», sostiene el neumólogo, quien añade que «entre el 8 y 15 por 100 de los cánceres de pulmón que hay en el mundo son debidos también al amianto, no solo al tabaco».
En este sentido, Tarrés considera que, al igual que se lucha contra «la contaminación del tabaco», también «hay que luchar para que la Junta de Castilla-La Macha, o quien corresponda, busque la solución adecuada».
«Lo que no es admisible es tener a un barrio de 20.000 personas a 300 metros de un depósito tremendo de amianto», lamenta.
Una de las frases que critica el neumólogo es cuando oye decir a los políticos «no crear alarmismo social», de lo que hablará en la charla del lunes con los vecinos de barrio toledano, tras la que habrá un debate abierto para responder a sus preguntas.
«Tú, cállate, no provoques alarma social. Yo no provoco, yo solo la explico. La alarma social la has provocado tú con tu acción o inhibición», asevera Tarrés sobre la postura que toman los políticos o empresarios sobre el tema del amianto, una afirmación que, a su juicio, «esconde la desidia y la voluntad de no hacer nada, de no enfrentarse a la realidad«.
Así, el doctor opina que el problema para la retirada del amianto es «económico» por lo que pide a los políticos, a quienes los movimientos sociales reclaman soluciones contra el amianto, que «no se queden en el olvido» y «no sigan preocupándose por otros temas como Pedro Sánchez».