El secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha, José García Molina, ante la reunión que mantendrá el jueves con el presidente autonómico, Emiliano García-Page, tras la ruptura del acuerdo de investidura, ha dicho que «lo que está muerto, está muerto, y no se puede resucitar».
García Molina ha hecho estas declaraciones hoy en Albacete, donde ha participado en una asamblea informativa junto a la diputada nacional por Albacete Teresa Arévalo y el diputado nacional por Tenerife Alberto Rodríguez.
Foto de la asamblea informativa de Podemos hoy en Albacete.
A preguntas de los periodistas sobre la reunión de este jueves, el dirigente regional de Podemos ha comenzando bromeando sobre las declaraciones de los portavoces socialistas, que han dicho que veían el encuentro «con esperanza», pues ha afirmado: «Casi me he asustado, no sé si es Esperanza Aguirre que viene a mediar, ahora que se llevan tan bien con el PP».
José García Molina ha añadido que le parece «cuestionable» que Page hable de resucitar el acuerdo porque «cuando una cosa se ha muerto, se ha muerto», aunque ha mantenido la puerta abierta a nuevos entendimientos: «Como dice Simeone, partido a partido, hagamos el análisis de por qué hemos llegado a este punto», y a partir de ahí que «se abran posibilidades».
El también vicepresidente primero de las Cortes y diputado autonómico ha insistido en que lo primero en la reunión con el presidente de la Junta es que éste «haga ese análisis de qué nos ha traído hasta aquí», porque Podemos ya lo hizo, «poniendo los documentos encima de la mesa».
En cambio, ha criticado que el análisis que ha podido hacer el PSOE no se conoce y ha sostenido: «Hasta ahora el presidente no se ha pronunciado».
Ante la posibilidad de que la ruptura del acuerdo en Castilla-La Mancha pueda verse influido por la situación política nacional, García Molina ha afirmado que no se trata de un problema de «relación entre partidos» y sí de los ajustes que llegarán a la región si el PP sigue gobernando a nivel nacional.
Así, ha considerado que si el PSOE permite que el Partido Popular gobierne «se van a aplicar políticas que no convienen a un intento de recuperación», y supondrá que la financiación autonómica quede «más comprometida».