domingo, 24 de noviembre de 2024
El 29 de octubre 27/10/2016junio 7th, 2017

Como el Festival Ducal de Pastrana (Guadalajara), el Grupo de Teatro Leandro Fernández de Moratín también cumple este año su decimoquinto aniversario. En el año 2001, el primero del Festival Ducal, estos actores aficionados pastraneros, que ahora dirige Antonio Ruiz, adquirieron el compromiso de deleitar al público con sus representaciones al menos tres veces al año: en el propio festival, con motivo de la fiesta patronal de Santa Teresa de Jesús, en octubre, y en el carnaval, fecha en la que le dan cabida a una representación musical, o más desenfadada, y también al teatro infantil.

Fieles a su promesa desde entonces, los nueve actores y actrices que integran la compañía, unen en cada puesta en escena su amor por el teatro y por la villa ducal de Pastrana. Ensayan al menos un día a la semana, haciendo un esfuerzo por llevar, también a las artes escénicas, el interés con el que se conducen los pastraneros en todo aquello que hacen.


Este próximo sábado, a partir de las 20:30 horas, van a representar en el Palacio Ducal la obra de Alejandro Casona «La dama del alba», que estrenaron en julio, consiguiendo el aplauso del público y unas críticas sobresalientes. «Son muchos los que nos han dicho que ha sido la mejor representación del grupo hasta la fecha», dice su director, Antonio Ruiz, que es quien asigna el reparto de los papeles.

«La dama del alba» está ambientada «en una especie de realismo mágico», sigue Ruiz, en una Asturias indefinida en el tiempo, aunque se supone que en el siglo XVIII. «Nosotros hemos adelantado el momento al XVII, para aprovechar la enorme riqueza de vestuario, fruto de la labor del taller del traje del Festival Ducal», afirma el director.

El texto de Casona, «magnífico», valora Ruiz, cuenta la historia de la aparición de un personaje místico en la vida de una familia, destinado a cambiarlo todo. Dividida en cuatro actos, todos se desarrollan en el mismo escenario, una casa de pueblo de Asturias, aunque en distintos momentos, pues en los dos primeros actos es invierno y en los dos últimos, verano. En la historia, que mezcla lo real y lo fantástico, la muerte no aparece como algo horrible, sino representada como una mujer hermosa y triste, que tiene sentimientos y que sufre la desgracia de estar condenada a matar siempre sin nunca poder morir.

En la obra intervienen nueve personajes, los mismos que actores tiene el grupo. Después de que en los últimos dos meses se hayan intensificado los ensayos, Ruiz destaca el esfuerzo que hacen los actores y las ganas que le ponen a su afición, que les lleva a rayar a una gran altura: «Todos somos personas de cierta edad, con vidas complicadas, cargadas de trabajo y de obligaciones, pero encontramos sitio para el teatro. La ilusión de actuar, está por encima de cualquier circunstancia».

En cuanto al decorado, destaca la gran chimenea, en el salón de la casa representada, que es el lugar sobre el que gira toda la representación. Es obra de Antonio Sánchez Cámara que además de gran actor, es el «manitas» del grupo. «La iluminaremos el sábado, para que quede tan espectacular y vistosa como el día del estreno», informa Ruiz.

El trabajo del grupo ha sido «excelente», señala su director, y apunta un giro interpretativo, «un nuevo salto cualitativo», que los llevará a nuevas cotas de interpretación. Como dice su director «la obra te exige, pero también te anima».

En sus quince años de existencia, el grupo ha llegado muy lejos. Además de actuar en diferentes escenarios por toda la provincia de Guadalajara, también lo ha hecho en Madrid, e incluso dos veces en Italia, en la ciudad de Eboli (Salerno), con la que la villa ducal está hermanada.

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