El tiempo dirá si su nombramiento como ministra de Defensa es el peldaño que María Dolores de Cospedal necesitaba para relanzar su carrera política hacia sus diversas aspiraciones o si su tiempo pasó en cuanto a los objetivos más altos.
Firme aspirante a la sucesión de Mariano Rajoy, la pérdida del Gobierno en Castilla-La Mancha y las convulsiones en el partido que llevaron al nombramiento de tres flamantes vicesecretarios y un portavoz desdibujaron la figura de Cospedal en Génova. La coincidencia en el tiempo de ambos factores hizo que muchos dieran a Cospedal por amortizada, en Madrid y en Toledo.
Pero su nombramiento como ministra de Defensa la ha devuelto al terreno de juego y ha supuesto una dosis de moral para sus fieles en el Partido Popular de Castilla-La Mancha, que empezaban a acusar el año y medio en la oposición y la consolidación de Emiliano García-Page como presidente y como una de las voces más destacadas y solicitadas del PSOE en España.
El tiempo dirá si Cospedal aprovecha la segunda oportunidad que le han dado la vida y la política y si ha aprendido la lección cuya ignorancia la apartó de la Presidencia de Castilla-La Mancha en solo cuatro años. De momento, el PP de Castilla-La Mancha vuelve a sacar pecho pensando que ha quedado definitivamente allanado el camino hacia 2019. Por el contrario, los socialistas están convencidos de que será una ministra polémica e impopular, lo que lastrará definitivamente sus posibilidades en Castilla-La Mancha. En medio de ambos fuegos cruzados, los periodistas atestiguamos el morbo que la situación pone a la política regional.
Solo el tiempo dirá si Cospedal vuelve a intentar ser presidenta en Castilla-La Mancha o si desiste de ello por un objetivo mayor o diferente. Menos dudas ofrece un escenario en el que el PP tratará de que su nuevo cargo sea un contrapeso al PSOE y a la figura de Page en Castilla-La Mancha.
No sé si Cospedal tiene más ganas de descabalgar a Page o a Sáenz de Santamaría, pero lo cierto es que el destino la mantiene viva en ambas peleas. La expresidenta de Castilla-La Mancha ha vuelto a la palestra política española y regresa cada día a los titulares a cuenta de su pulso permanente con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Averiguar quién se alzará con la victoria definitiva, quién mandará más para siempre o quién sube y quién baja cada día se ha convertido en entretenimiento nacional, especialmente para los periodistas, que buscan en cada gesto una nueva posición del fiel de la balanza que mueve a su antojo Mariano Rajoy.
Supongo que el presidente del Gobierno ya sabía lo que iba a pasar y contaba con el tira y afloja María Dolores versus Soraya y viceversa. La castellano-manchega ha expresado claramente su deseo de seguir como secretaria general del PP, además de ministra. A finales de enero o en febrero a más tardar sabremos si se sale con la suya. El resultado de ese pulso influirá en el que sostiene en el escenario regional con Page y en el nacional con Sáenz de Santamaría.
Hay teorías para todos los gustos. Se admiten apuestas.