El Sindicato Médico de Castilla-La Mancha ha mostrado, a través de un comunicado, «nuestra más enérgica condena contra la nueva agresión sufrida por un facultativo», en este caso en el consultorio de Burguillos (Toledo).
La agresión no fue contra la persona del médico, pero sí contra su vehículo, ya que el agresor la emprendió a martillazos, que estaba aparcado fuera.
De ahí que exijan «nuevamente de la administración que en el marco de un Plan General de Riesgos Laborales se negocie de forma inmediata y se dote de los medios necesarios a un Plan de Prevención de Agresiones contra los Sanitarios».
Y exigen al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) «que no mire para otro lado y se persone contra el agresor, no basta con que ofrezca sus servicios jurídicos al médico afectado, sino que debe denunciar los hechos en el Juzgado en defensa de los profesionales que les prestan sus servicios».