La Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha (APAM-CLM) ha alertado hoy lunes de la presencia de caracol gigante africano (Achatina Fulica) en Castilla-La Mancha, tras la intervención de un gran número de ejemplares en la provincia de Toledo.
Según APAM, fueron efectivos de la Policía Local quienes descubrieron un anuncio en internet en el que se regalaban jóvenes ejemplares de esta especie, tras lo que localizaron a la persona que los poseía y le informaron de que la tenencia de estos ejemplares se encuentra prohibida, al tratarse de una Especie Exótica Invasora.
Acto seguido, la Policía Local trasladó aviso al Cuerpo de Agentes Medioambientales, que se personaron en el domicilio para proceder al decomiso de los caracoles. El poseedor los entregó sin impedimento alguno, ya que desconocía los graves perjuicios que el caracol gigante africano puede provocar, así como la prohibición de poseerlos.
El Achatina Fulica, cuya concha puede superar los 10 centímetros, se considera como una de las peores plagas de caracoles a nivel mundial, tanto por su efecto devastador sobre cultivos de gran variedad de especies por su voracidad destructora, como por la transmisión de patógenos vegetales que afectan a los cultivos, así como por ser transmisor de parásitos peligrosos para la salud humana. Por otra parte, desde el punto de vista ecológico, su alta voracidad produce un desequilibrio ecológico de los ecosistemas, allí donde es introducido. En España se tiene constancia de su presencia en Andalucía, comunidad que se encuentra realizando un seguimiento de su situación.
Esta especie se encuentra en América, Japón, Islas del Pacífico, Australia, Sureste Asiático y en general en casi todas las zonas tropicales del mundo. Últimamente se ha localizado en Marruecos, Costa de Marfil, Ghana y en el sur de España. Son fértiles a partir de los 5-6 meses de vida y su fecundidad dura unos 400 días, enterrando más de 100 huevos en el sustrato en el primer año de vida, y más de 500 en el segundo año. A partir del segundo año las puestas empiezan a declinar hasta los 5 años de vida, llegando a producir más de 1000 huevos durante su vida. Sus características de voracidad, alta tasa reproductiva y competencia con las especies autóctonas, produce un grave efecto sobre el equilibro ecológico del ecosistema.
RIESGOS PARA LA SALUD PÚBLICA
El caracol africano se constituye como una especie con riesgo potencial para la salud pública, al ser hospedador intermediario de parásitos que pueden provocar meningoencefalitis eosinofílica y angiostrongiliasis abdominal en humanos. Como hospedadores intermediarios, pueden transmitir el parásito al hombre, por el consumo directo de éstos, o al haber contaminado verduras con la sustancia mucosa del caracol, al ingerir las verduras mal lavadas o a través del consumo de carme de otros animales, como el cerdo o el pollo, que también se hayan infectado.
APAM-CLM propone una serie de recomendaciones que pasan por no adquirir caracoles africanos bajo ningún concepto, ya que su tenencia se encuentra prohibida al tratarse de una especie incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasora; y evitar cualquier tipo de manipulación o contacto con los caracoles y, en caso de tener que hacerlo, hacer uso de guantes de nitrilo o de látex (doble capa), cogiendo el caracol por la concha para evitar cualquier contacto con la mucosa.
Además, no liberar los caracoles en ningún caso en el medio natural; y caso de posesión de Achatinafulicao, dar conocimiento de locales donde se distribuya esta especie y alertar inmediatamente a los Agentes Medioambientales a través del teléfono de emergencias 112, para que puedan retirarlos a la mayor brevedad posible.