El juzgado de Quintanar de la Orden ha decretado prisión comunicada y sin fianza para el hermano del marido de la exconcejala de Quintanar de la Orden (Toledo) Isabel Laureana Cebrián, que fue asesinada el 11 de enero de 2016, por un presunto delito de asesinato, que el acusado admite haber cometido.
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha ha informado en un comunicado de que la titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Quintanar de la Orden ha decretado prisión comunicada y sin fianza para el hermano del marido de la víctima, J.A.C.C.
A este hombre, se le imputa de manera provisional como presunto autor de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento.
Durante su declaración ante la jueza instructora, J.A.C.C. ha reconocido ser el autor de los hechos.
J.A.C.C. ha sido puesto a disposición judicial después de haber sido detenido hoy por una orden judicial por su relación con la muerte de su cuñada y como consecuencia del resultado de las diligencias de investigación llevadas a cabo por el juzgado encargado de la causa.
Por lo tanto, el TSJCM indica que, en este momento, son dos las personas investigadas en el procedimiento, F.J.C.C., el marido de la víctima, y J.A.C.C., hermano del marido.
Se da la circunstancia de que el marido de la fallecida ingresó en prisión por este caso cuatro días después de que se produjera el fallecimiento, y salió en libertad a finales de octubre, tras pagar una fianza de 20.000 euros.
En el auto de la Audiencia Provincial de Toledo en el que se estableció la fianza para el marido de la víctima se recoge que existen indicios de que el marido participó en los hechos.
Isabel Laureana Cebrián fue hallada muerta en su domicilio por su marido, cuando éste regresó a su casa entre las siete y las siete y media de la tarde del lunes 11 de enero.
Ese mismo día, el marido fue detenido y tras prestar declaración judicial, ingresó en prisión provisional hasta finales de octubre.
Isabel Laureana Cebrián era una mujer muy querida y conocida en el pueblo, donde había sido concejala del Partido Popular entre los años 1999 y 2003 y, además, impartía catequesis a los niños de la localidad.
Al día siguiente de su muerte, los vecinos se concentraron y guardaron un minuto de silencio frente al Ayuntamiento, que declaró dos días de luto.