Los principales colectivos conservacionistas de la región han salido en defensa de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPAS) en ambientes esteparios porque, en su opinión, están sufriendo «ataques injustificados» cuando lo que necesitan en «un mejor plan de gestión». Así lo han asegurado en un comunicado conjunto las asociaciones Ecologistas en Acción de Castilla-La Mancha, Sociedad Albacetense de Ornitología, SEO/BirdLife, WWF España, Esparvel y Ardeidas.
Han sostenido que en los últimos años, y en particular en las últimas semanas, a resultas de la tramitación del plan de gestión de esos espacios protegidos, se pone de manifiesto que estas zonas son un problema para la agricultura cuando en realidad «ofrecen una oportunidad para llevar a cabo una actividad agraria más sostenible y con futuro, que merecen toda la protección y atención por parte de las administraciones».
La situación actual de las ocho ZEPA de ambientes esteparios que hay en Castilla-La Mancha, según esos colectivos, «es alarmante» porque «las poblaciones de determinadas especies de las que las ZEPA deben responsabilizarse de su buen estado de conservación están en declive», y han citado el sisón, el alcaraván, el aguilucho cenizo, la alondra ricotí, la ganga-ortega y el cernícalo primilla.
Además, han añadido que la avutarda parece haberse librado de esa tendencia que afecta a distintas especies amenazadas, pero «afronta los impactos derivados de la gran transformación de hábitats y de cultivos a la que se está sometiendo a las ZEPA desde el mismo momento de su aprobación oficial en 2005».
Según los datos de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural desde que en 2005 se publicara el decreto de aprobación definitiva de las ZEPA de esteparias, en ellas se han instalado más de 5.300 hectáreas de viñedos en espaldera, que distintos estudios científicos han demostrado incompatibles con la presencia de estas aves, y en particular la avutarda.
Y, lo que es más grave para las asociaciones, buena parte de esos cultivos se han desarrollado amparándose en una orden de 2012 que eximía de evaluación de impacto ambiental muchas de esas plantaciones y que ha sido declarada ilegal por sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJCM).
Han ampliado que «lejos de resolver estos problemas, el plan de gestión da por buena la reducción de hábitats provocada por los cultivos en espaldera»
«Y, además, abre la puerta a nuevas plantaciones de este tipo hasta alcanzar un límite de admisibilidad del 16 por 100 de leñosos en el conjunto de las ZEPA, lo que equivale a otras 2.200 hectáreas de destrucción de hábitats esteparios, sin haberse evaluado previamente el impacto de las transformaciones anteriores».
Han ampliado que determinados partidos y organizaciones agrarias denuncian que las ZEPA acabarán con la agricultura, como si fueran un gran problema para el sector en Castilla-La Mancha, «cuando ocurre lo contrario, pues las ZEPAs de esteparias no sólo respetan la agricultura y ganadería tradicional de carácter extensivo sino que las necesita por el bien de las especies que alberga».
Además, «permitirán la llegada de 40 millones de euros en ayudas a estos sectores a través del Programa de Desarrollo Rural».
Finalmente, han detallado que las ZEPAs sólo representan un 2,5 % de la superficie regional y un 5,9 por 100 de la superficie agrícola de la región por lo que, han concluido, «queda claro que no son el problema para la instalación de unos cultivos que, de ser viables, se pueden realizar en muchas otras partes de la región».