El mismísimo Fidel Castro le llamaba «doctor Milagro». Y es que le había dulcificado los últimos 10 años de la vida al dirigente cubano, aquejado de una grave enfermedad. Su nombre es José Luis Garcia Sabrido y, aunque nació en Madrid, vivió sus primeros años de infancia y adolescencia en Talavera, segun un reciente reportaje publicado por El Mundo.
Es primo segundo del exconsejero de Sanidad y actual director gerente de Coordinación e Inspección del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), Roberto Sabrido.
Raúl Castro, en el momento de comunicar la muerte de su hermano Fidel. A Raúl también le operó el doctor José Luis García Sabrido.
Este eminente cirujano de talla internacional es primo segundo del exconsejero de Sanidad de Castilla-La Mancha y actual director gerente de Coordinación e Inspección del Servicio de Salud del Sescam, Roberto Sabrido, quien, dada la diferencia de edad, no coincidió en su infancia y adolescencia con él. Pero sí han mantenido relación sobre todo telefónica y por motivos profesionales a partir de que Roberto fuera nombrado consejero de Sanidad. «Entablamos ya contacto al intentar aplicar el programa de trasplante hepático en Castilla-La Mancha, cuando él era (ya está jubilado) jefe de cirugía general y del aparato digestivo en el Hospital Gregorio Marañón, de Madrid».
A partir de entonces han seguido manteniendo contacto telefónico. Aunque la relación, a pesar del vínculo familiar que hay entre ellos (el padre de José Luis es hermano del abuelo paterno de Roberto) es sobre todo profesional, el político toledano, además de destacar la talla internacional como cirujano de su familiar, dice de él que efectivamente es una persona reservada y sobre todo que no le gusta precisamente alardear de sus enormes méritos profesionales. «Siempre ha sido muy cauto incluso acerca de su actividad profesional, y yo he respetado esa reserva», dice del «doctor milagro».
UNO DE LOS CIRUJANOS MÁS REPUTADOS DEL MUNDO
Además de a Castro, este cirujano, uno de los más reputados del mundo, ha operado a otros personajes tan conocidos como el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy; Raúl Castro y su esposa, ya fallecida, Vilma Espín; Hugo Chávez; el bailarín Antonio Gades; y al genio de la ciencia Albert Einstein. A Rajoy le operó de una hernia inguinal; y a la mujer de Raúl Castro, de un cáncer linfático.
Hombre muy celoso de su intimidad, poco se sabe de su día a día. Solo que se jubiló hace cuatro años, es alto, flaco y con bigote, ha corrido hasta 35 maratones y es frío tanto en su parcela privada como en la profesional. Da conferencias por todo el mundo, va a fiestas, lee, viaja. También que se casó con una exazafata del programa «Un, dos, tres…», Françoise Lacroix, con la que tuvo una hija, Cloe. Sus técnicas quirúrgicas se usan en los mejores hospitales del mundo. Ha salvado a decenas de víctimas del atentado de las Torres Gemelas, como recogía el suplemento «Crónica», de El Mundo.
Y en cuanto a su relación con Fidel Castro, al parecer el cirujano fue decisivo para alargarle la vida 10 años. Sería Antonio Gades, gran amigo de Fidel, el que le hizo entrar (a quien ya era un habitual de la isla) en la órbita del «Comandante». Tras hacerle un chequeo, descartó que tuviera cáncer. Le operó de una enfermead benigna que se complicó, antesala de cirugías reiteradas y complicadas.
José Luis García Sabrido visitaba a Fidel Castro dos veces al año. El estado de este mejoró gracias al tratamiento del insigne cirujano, quien diagnosticó a Castro una enfermedad incurable que ya solo permitía cuidados paliativos. Y su relación profesional con Fidel profundizó hasta hacerse de amistad.