En muchas ocasiones la persona afectada por una enfermedad mental se ve abocada a sufrir una ruptura total de su vida. Por este motivo, el proyecto «Incorpora» de la Fundación Sociosanitaria de Castilla-La Mancha en colaboración con la Obra Social «la Caixa» lucha por reconstruir los puentes labores que un día cayeron, convirtiéndose en una especie de servicio de intermediación entre el trabajador y la empresa.
El programa «Incorpora» empezó en la región hace ahora 10 años no sólo para ayudar a personas con trastorno mental, también para prestar su apoyo a personas con discapacidad, inmigrantes, jóvenes con dificultades, víctimas de la violencia de género, parados de larga duración, mayores de 45 años y personas privadas o exprivadas de libertad.
Durante este tiempo ha funcionado en base a tres objetivos: generar más oportunidades de empleo en la empresa ordinaria a través de la colaboración con las entidades sociales; ofrecer a las empresas una alternativa de Responsabilidad Social Empresarial para la inserción laboral de personas con problemas de salud mental; y empoderar a las entidades de la red «Incorpora» para mejorar su capacidad de inserción laboral de las personas con trastorno mental y contribuir a la formación profesional de sus técnicos.
Bajo estas premisas seis técnicos repartidos en diferentes Centros de Rehabilitación Psicosocial y Laboral de la región trabajan a través de itinerarios de inserción ofreciendo orientación laboral, formando en la búsqueda activa de empleo, mejorando la motivación, facilitando formación y prácticas… En ese dar una segunda oportunidad al afectado por una enfermedad mental también asesoran a las empresas, proporcionándoles un perfil del trabajador que necesitan, informándoles de ayudas… Siempre haciendo un seguimiento continuo tanto al trabajador como a la empresa.
Susana Martínez, coordinadora del grupo «Incorpora» de Castilla-La Mancha, señalaba que en el año 2015 el proyecto atendió a 250 personas con enfermedad mental, logrando una tasa de inserción del 43 por 100, «lo que da cuenta del esfuerzo que realizan los técnicos por sensibilizar a las empresas y preparar a los beneficiarios», máxime cuando –tal y como resaltaba- la tasa de desempleo de este colectivo es del 84 por 100.
Por su parte, Rosa Sánchez, técnico del programa en el Centro de Rehabilitación Psicosocial y Laboral de Toledo, ponía de manifiesto a encastillalamancha.es que el perfil del beneficiario se corresponde con el de una persona con dificultades de empleabilidad, con un nivel de estudios bajo y que, en muchas ocasiones, procede de sectores que entraron en crisis. «Son personas con mucha motivación a la hora de trabajar pero que lo tienen complicado debido a la estigmatización que sufren», añadía. Aunque considera que poco a poco las empresas están más sensibilizadas, entiende que queda mucho por hacer.
Desde su creación en 2006, la Fundación Sociosanitaria de Castilla-La Mancha es el organismo referente en la atención a personas con enfermedad mental y la entidad coordinadora de «Incorpora». De la mano de este proyecto –que no supone ningún coste ni para la empresa ni para el usuario-, en 2015 colaboró con 1.092 empresas de la comunidad, de las cuales 304 contrataron a personas de diferentes colectivos.