Podemos Cuenca alerta de las «condiciones de absoluta insalubridad e inseguridad» en la que viven los animales que hay en la perrera provincial de Cuenca, dependiente de la Diputación. Entre sus muchas carercias están el vallado sujeto con palés y bloques de hormigón, no tiene salida de aguas en la parte trasera, por lo que se forman charcos con los excrementos y los orines de los perros y pueden producir enfermedades.
En una zona del albergue las casetas donde pasan el tiempo los animales no son aptas para que se refugien de la lluvia y las heladas. Desde Podemos Cuenca explican en una comunicado de prensa que la situación «es dramática además de vergonzosa».
Las instalaciones tienen una apariencia de completo abandono, con los cuadros de la luz con los cables por fuera. La parte trasera no cuenta salida de aguas y se forman charcos con las necesidades de los animales, lo que es un foco grave de proliferación de infecciones, ya que se dan las condiciones ideales para el mosquito de la Leishmaniosis canina o la transmisión de enfermedades cutáneas.
En las últimas semana el exterior de la perrera ha sido cubierto con lonas para que desde fuera no se pueda comprobar el estado en el que están las instalaciones.
Por estos motivos y según el comunicado de Podemos, las personas voluntarias, animalistas y protectoras reclaman medidas urgentes, como que «exista calefacción para los animales en el edificio, la rehabilitación completa del albergue, zonas de cobijo óptimas para los animales, la limpieza de la totalidad de las instalaciones ya que la actual empresa sólo limpia algunas zonas, entrega de animales en adopción esterilizados y un seguimiento real de éstos, cubrir las necesidades de los perros en el contacto con personas restableciendo las visitas al albergue de inmediato, que se obligue al siguiente adjudicatario a continuar la política de sacrificio cero y la vigilancia de su cumplimiento, que se amplíen las zonas de albergue actuales y, por último, que la dotación económica de la licitación sea la suficiente para que puedan acceder a esta protectoras y asociaciones relacionadas con el bienestar animal».
Hasta el mes de noviembre la perrera estuvo gestionada por una protectora barcelonesa, Olescan, la cual abandonó el servicio por falta de fondos. Al no tener dinero no podían desarrollar el mantenimiento de las instalaciones como se debiese y no podían llevar a cabo algunos servicios como la recogida de animales o tener un veterinario responsable del albergue de animales.
Desde entonces lo gestiona directamente la Diputación de Cuenca, que contrató un veterinario sin oferta pública y sin tener experiencia en este tipo de trabajos, ya que solo había trabajado con ganados. También contrató a una empresa que de limpieza y alimentación que no contaba con experiencia en estos servicios.