Mariano Rajoy y su partido están viendo cómo el Congreso de los Diputados aprueba cada semana propuestas que ellos no comparten, pero, obligados porque ya no cuentan con la mayoría absoluta de la que tanto abusaron entre 2011 y 2015, sus portavoces y dirigentes ofrecen diálogo y consenso cada vez que hablan.
En esos cuatro años de mayoría absoluta, que los populares utilizaron como una apisonadora, era habitual leer o escuchar en los medios de comunicación noticias con este titular: «El PP se queda solo en el Congreso». Eso ocurría con frecuencia porque presentaban leyes y otras iniciativas parlamentarias que eran aprobadas con los únicos votos a favor del PP y en contra los de todos los partidos de la oposición.
Ahora, en los pocos meses que han transcurrido de la actual legislatura, también es frecuente leer titulares como ése o parecidos, pero por motivos bien distintos: el PP ya se ha quedado solo en varias ocasiones en el Congreso, porque ha votado en contra de propuestas que han sido aprobadas con los votos a favor, y con alguna abstención, de todos los grupos de la oposición.
MODIFICAR LA «LEY MORDAZA»
La Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana, conocida como Ley Mordaza, es un ejemplo de ese cambio de actitud que han tenido que adoptar el Gobierno y el PP debido al nuevo reparto de escaños en el Congreso. El anterior ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, con Rajoy y con el Gobierno anterior, se empeñaron en llevar adelante esa ley pese a que era rechazada por toda la oposición, por numerosas organizaciones ciudadanas de todo tipo e incluso por organismos internacionales, que la consideraban innecesaria y criticaban que limita derechos de la ciudadanía.
El actual ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha dicho en el Congreso que está dispuesto a revisar esa ley artículo por artículo, para buscar el consenso con los grupos de la oposición y mejorarla.
Algo parecido ha ocurrido con una comisión que se ha constituido en el Congreso para tratar de la calidad democrática, la lucha contra la corrupción y las reformas institucionales y legales. El PP no quería que se creara dentro de ella una subcomisión para investigar la financiación de los partidos políticos, porque proponía otra fórmula para abordar ese asunto, pero finalmente votó a favor para no quedarse solo una vez más. De esta manera, el Congreso investigará la financiación de los partidos, para buscar fórmulas que eviten la corrupción política. A la fuerza ahorcan.
En la Mesa del Congreso, que organiza el trabajo parlamentario, el PP también ha sufrido varias derrotas porque no cuenta en ella con mayoría absoluta. El Gobierno ha reaccionado vetando más de una docena de proposiciones de ley presentadas por los grupos de la oposición, pero la Mesa ha rechazado esos vetos y ha acordaro seguir tramitándolas. El Ejecutivo recurrirá contra esa decisión ante el Tribunal Constitucional, que dirá la última palabra.
COMIENZAN LOS CAMBIOS
Algo está cambiando en el Congreso. ¿Algo está cambiando, de verdad? Es pronto para revisar la situación, pero parece que la falta de una mayoría absoluta está haciendo que algunas cosas empiecen a cambiar en las Cortes. Bienvenidos sean los cambios, siempre que sean en beneficio de una ciudadanía que está harta de sufrir la crisis económica y de recortes mientras ve el espectáculo que protagonizan algunos partidos políticos y las luchas por intereses partidistas y personales de algunos líderes.
Todos los dirigentes del PP ofrecen cada día diálogo y consenso y en sus comunicados de prensa repiten esas palabras en los titulares. Pese a que hay motivos para desconfiar, porque en sus cuatro años de mayoría absoluta el Gobierno de Rajoy ha aprobado más leyes por decreto que ningún otro Ejecutivo en toda la democracia, y lo que menos ha hecho ha sido dialogar, bienvenidas sean las rectificaciones. Aunque sean obligadas, porque ya se sabe que… a la fuerza ahorcan.