Más de 107.000 personas visitaron en la Catedral de Cuenca la exposición «La poética de la libertad», uno de los grandes reclamos de los actos programados en Castilla-La Mancha para conmemorar el IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes.
Durante los cuatro meses y medio que permaneció abierta despertó el interés de personas llegadas de todos los rincones del mundo por ver la obra del artista disidente chino Ai Weiwei, así como la producción de figuras esenciales del informalismo español como Francisco Farreras, Rafael Canogar, Martín Chirino, Luis Feito, Florencio Galindo, Juan Barte, Antonio Saura, Fernando Zóbel y Gustavo Torner.
La muestra convirtió a Cuenca en el epicentro cultural de la región. Había un espacio dedicado a la conexión entre Cervantes y Ai Weiwei: los dos fueron cautivos, algo que el artista chino dejó reflejado a través de dioramas encerrados en grandes cajas de metal. Esta parte de la exposición se completó con «Cervantes y la libertad»; y «Alta Expresión», en la que se recogía la obra de los autores informalistas.
El éxito de «La poética de la libertad» fue tal que la Junta de Comunidades decidió prolongar la apertura al público hasta el 11 de diciembre, en lugar de hasta el 6 de noviembre como estaba previsto.
EL IMPULSO CULTURAL QUE NECESITABA CUENCA
La exposición «La poética de la libertad» supuso un gran impulso turístico y cultural para la ciudad de Cuenca, que registró un importante incremento del número de pernoctaciones, un impacto del que se beneficiaron todos los sectores de la ciudad.