¿Quién no se queda impresionado cuando le cuentan que han aparecido cuatro cadáveres, todos de una misma familia (brasileña), de dos adultos y dos niños de 1 y 4 años, descuartizados y metidos en bolsas de plástico? Pues eso es lo que sucedió en Pioz, un pueblo de Guadalajara que fue noticia nacional e internacional precisamente por eso. Porque el presunto asesino, que terminó confesando el atroz crimen, era… ¡¡¡Un sobrino!!! No explicó exactamente por qué lo había hecho, pero Patrick Nogueira, de 19 años, tuvo una sangre fría no apta para cualquier ser humano y después se fugó a Brasil.
Nogueira no mostró ni emotividad ni sentimiento durante la reconstrucción de los hechos. Los cuerpos fueron encontrados el 18 de septiembre y algo no demasiado bueno tenía que circular por su cabeza cuando durante los asesinatos, como se demostró después, se intercambió mensajes de móvil con un amigo brasileño al que le iba contando sus “inquietudes”. ¿Fue un crimen pasional porque estaba enamorado de la esposa de su tío? Es lo que habrá que averiguar ahora.
Vivir para ver.
Fue detenido en Brasil y extraditado a España, donde nada más aterrizar ingresó en la prisión de Estremera, donde seguro que pasará unos cuantos años. Se han extremado las medidas de seguridad sobre Nogueira para garantizar su integridad física no solo respecto a sí mismo, sino ante terceras personas.
Meses después, los vecinos de Pioz seguían impresionados por lo sucedido. Y es que cuando aparecen cuatro cadáveres en la casa de al lado…
LAS “GANAS IRREFRENABLES” QUE TENÍA DE MATAR
Fue un vecino, quien actuó de buena fe, el que llevó a Patrick Nogueira desde la estación de Alcalá de Henares (Madrid) hasta la urbanización La Arboleda, en Pioz. Como es obvio, desconocía las “ganas irrefrenables” que tenía de matar.