La operación Aldro, desarrollada conjuntamente por la Policía Nacional y la Guardia Civil, ha desarticulado una banda criminal asentada en Toledo y Madrid, pero que también operaban en otras provincias como Guadalajara. Han sido detenidas 38 personas integrantes de esta red a los que se les atribuyen 184 robos a camiones en áreas de servicio y polígonos. Durante los registros practicados se han encontrado armas, droga y dinero en efectivo.
La red criminal se dedicaba al robo de mercancías del interior de los camiones y en ocasiones robaban el vehículo entero. Las ganancias que obtenían con estos atracos las “lavaban” comprando inmuebles, coches de lujo, joyas o lotería.
Solían operar en Madrid y Toledo, aunque también se les atribuyen robos en otras provincias como Guadalajara, Zaragoza o Segovia.
Durante los 16 registros que se han llevado a cabo, se han intervenido 31 televisores, dos armas modificadas para hacer fuego real, munición, tres kilos de hachís y heroína, joyas, 195 décimos de lotería, casi 10.000 euros en efectivo, electrodomésticos y 11 vehículos.
La investigación policial comenzó hace dos años a raíz de un robo en el interior de un camión en Almadrones (Guadalajara) con numerosos ordenadores y que estaba valorado en 150.000 euros. Al conocerse denuncias similares en provincias colindantes, se determinó que pertenecían a la misma banda.
Los responsable de la red criminal contaban con un control total y la banda estaba muy jerarquizada. Los cabecillas eran los encargados de controlar las personas que iban al robo, los vehículos que tenían que llevar y repartían las ganacias.
Su modus operandi era desplazarse hasta el lugar del robo en coches alquilados a nombre de terceros o de algún familiar cuando se localizaba un camión repleto de mercancía. Normalmente rompían los precintos o rajaban las lonas aunque en otras ocasiones sustraían el camión directamente.
Una vez cometido el robo se desplazaban hasta el lugar donde iban a distribuir la mercancía adoptando para ello grandes medidas de seguridad, como vestir chalecos reflectantes para hacerse pasar por transportistas, llevar inhibidores de frecuencia utilizando vehículos “lanzadera” para alertar de una posible presencia policial o conducir a gran velocidad.
ALTO NIVEL DE VIDA PERO COBRANDO AYUDAS SOCIALES
La banda tenía un tren de vida muy alto, comprando inmuebles y vehículos de alta gama para blanquear. Además, gastaban grandes cantidades de dinero en casas de juego. Pese al alto nivel de vida, algunos de ellos percibían ayudas sociales y no se les conocía actividad laboral.