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26/01/2017junio 6th, 2017
Agustín Yanel Agustín Yanel

Los diputados ya no van a cobrar los 150 euros diarios que percibían durante sus viajes oficiales al extranjero, para gastos de manutención y desplazamientos en otros países. No van a perder esas dietas, pero deberán presentar las facturas o justificantes de lo que se gasten y se les reembolsará exactamente esa cantidad, con lo que el Congreso ahorrará dinero.

Es posible que a muchos lectores no les sorprenda esta noticia, porque esta manera de controlar los gastos de los viajes es la que se aplica en sus empresas. Pero en el Congreso no existía ese control, por lo que bienvenido sea.


VIAJES SIN JUSTIFICAR

Hasta septiembre del año pasado, cualquier diputado podía viajar al extranjero para realizar alguna actividad propia de su cargo y, en general sin que le pidieran que justificara el motivo del viaje, percibía esa dieta. Desde entonces, tiene que solicitar a la Mesa del Congreso que le autorice el viaje, explicando los motivos del mismo y presentando un presupuesto.

La sustitución de las dietas por gastos justificados ha sido una iniciativa de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, que también está pensando en la posibilidad de reducirlas a 100 euros por día. Sorprende que en la situación de crisis económica que vive España desde 2008 no se le haya ocurrido a ningún grupo parlamentario proponer esta medida de ahorro, pero todos la han apoyado en la Mesa.

Con esta decisión, el Congreso trata a los diputados de la misma manera que muchas empresas tratan a sus trabajadores. También se les trató igual que a los demás empleados en 2010, cuando les rebajaron un 10 por ciento el salario, que tienen congelado desde entonces.

Cualquier ciudadano puede ver todas las retribuciones de los diputados en el Portal de Transparencia del Congreso (www.congreso.es). En un buen ejercicio que conviene llevar a cabo antes de hacer afirmaciones falsas por las redes sociales, en cadenas de mensajes de correo electrónico o en llamadas telefónicas a las emisoras de radio, como ocurre con frecuencia. La crítica a sus señorías los parlamentarios es necesaria siempre, sí, pero con un fundamento real y datos ciertos, no con demagogia y mentiras, aunque éstas sean fruto del desconocimiento. Pensar dos veces una opinión antes de difundirla siempre viene bien.

UNA GAVIOTA QUE NO LO ES

Quien no ha hecho demagogia, sino que ha hecho una petición en serio, es Fernando Martínez Vidal, concejal del PP en el Ayntamiento de Madrid. Él es quien hace 28 años diseñó el famoso pájaro que lleva el PP en su eslogan en color azul, que todo el mundo identifica con una gaviota, y lo cedió a su partido.

Este concejal quiere que en el próximo congreso del PP, en febrero, se incluya en los estatutos del partido que ese pájaro no es una gaviota sino un charrán. Dice que conviene aclararlo porque las gaviotas vuelan bajo y comen carroña, por lo que puede ser identificada con la corrupción, que tantos dolores de cabeza ha dado y continúa dando al partido de Mariano Rajoy; por el contrario, el charrán es un ave marina de cuerpo ligero que vuela alto y no es carroñero.

¿Tal vez no se ha percatado de que, según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, la palabra charrán también se utiliza como pillo y tunante? La petición de este concejal posiblemente no despertará encendidos debates en el próximo congreso del PP, pero seguro que provocará sonrisas, chascarrillos y algún que otro meme en las redes sociales.

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