El escritor Lorenzo Silva ha afirmado hoy en Toledo que el movimiento de los comuneros hace casi 500 años es un episodio «muy reivindicable desde el momento presente» ya que es la rebelión de un grupo de personas que no acepta que el poder se ejerza «en puro interés del poderoso y a costa del pueblo».
Silva ha participado esta mañana en el homenaje a los comuneros toledanos que el Partido Castellano (Pcas) ha celebrado, como cada 4 de febrero, en la toledana plaza de Zocodover y que ha concluido con una ofrenda floral.
Silva ha señalado que el levantamiento de los comuneros no solo es un episodio histórico «muy relevante» sino que es «muy reivindicable» en el momento actual.
«Es la revolución, o la revuelta, o la rebelión de un grupo de gente que no acepta que el poder se ejerza en puro interés del poderoso y a costa del pueblo, de gente que reivindica su dignidad y su libertad frente a alguien que simplemente se quiere servir de ellos«, ha asegurado.
El escritor, que, entre otros, ha conseguido el Premio Nadal en 2000 y el Premio Planeta en 2012, ha criticado que el poder «siempre», históricamente y en la actualidad, ha tenido la tendencia «no tanto de resolver los problemas de los gobernados, o de ampararlos, sino de servirse y aprovecharse de ellos».
En este sentido, ha reivindicado a los comuneros como movimiento «que exige al poder y al poderoso que asuma su responsabilidad» bajo la premisa de que «el poder no se tiene gratis, el poder no se tiene porque si, el poder hay que merecerlo».
LOS COMUNEROS SE QUEJAN DE QUE MARÍA PACHECO NO TENGA ESTATUA EN TOLEDO
Por su parte, el presidente del Pcas, Pedro Manuel Soriano, ha lamentado que precisamente hoy se cumplen 495 años desde que la comunera María Pacheco abandonó la ciudad de Toledo (un 4 de febrero de 1522) hacia el exilio en Portugal y también 495 años «desde que Toledo abandonó a María Pacheco» ya que todavía no tiene una estatua.
Soriano ha dicho que la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, ha comprometido una estatua en recuerdo de María Pacheco y ha señalado que hasta hace poco (marzo de 2015) tampoco había una estatua en recuerdo del comunero Juan de Padilla.
Ha criticado ese retraso de casi 500 años en homenajear a los comuneros y, también, que no exista en Toledo un centro de interpretación de la Guerra de las Comunidades, que ofrezca información sobre aquellos acontecimientos.
Tras la derrota de la batalla de Villalar el 23 de abril de 1521 y la muerte de los capitanes comuneros (Juan Bravo, Juan de Padilla y Francisco Maldonado), la ciudad de Toledo resistió de la mano de María Pacheco, viuda de Padilla, y de sus más fieles comuneros hasta el día 4 de febrero de 1522.
Aquel día, María Pacheco abandonó Toledo hacia el exilio en Portugal, del que no regresó porque Carlos I nunca perdonó su rebeldía y que, siendo noble, se alineara con las tesis de los castellanos y no con las de la alta nobleza.