Todo se descubrió a raíz de la existencia de un trozo de tarima de madera roto y de que cuando se pisaba aquello como que parecía que iba a ceder, por lo que se decidió cambiar. Pero cuando los carpinteros del Ayuntamiento de Toledo quitaron esa tarima para colocar la nueva, comprobaron que el interior estaba peor de lo que pensaban y fue entonces cuando se decidió que había que sanearlo. Y se encontraron con…
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Hablamos de la antesala que da paso a la Sala Capitular del Ayuntamiento de Toledo, donde hace unas tres semanas, entre una falsa bóveda y el entramado de vigas de madera del siglo XVI que quedaron al descubierto, encontraron las copias de unas ordenanzas municipales (de carpinteros, de calceteros…) de 1603 que quedaron incompletas y cuyo original, como se ha podido comprobar, se encuentra en el Archivo Municipal de la ciudad.
Además, los carpinteros también hallaron una peonza y una baraja de naipes de la época, cartas que se supone que utilizaron los albañiles de entonces para jugar con ellas y aliviar el trabajo, además de una jarra vidriada, rota aunque con el soporte muy bien conservado, y que se va a restaurar; numerosos clavos de grandes dimensiones que se utilizaban para apuntalar las vigas; y dos pequeñas pelotas, una dura y otra blanda (para jugar con una pala o la mano), que se supone que llegaron allí porque se colaron a través de la ventana de gente que estaría jugando en la calle.
Ahora se procederá a restaurar el suelo de esta zona, que está justo encima del zaguán del ayuntamiento, para evitar que las vigas se deterioren.
Los secretos que guardan los suelos de Toledo…