Con motivo de su quinto aniversario (29 de marzo), la taberna de Sigüenza (Guadalajara), El Gurugú, ubicada en la Plazuela de la Cárcel, en pleno corazón medieval de la ciudad, ha organizado un ciclo cultural que se prolongará hasta el próximo día 8 de julio haciendo honor a su forma de entender la hostelería, uniendo cultura y gastronomía. En todo este tiempo por sus mesas han pasado más de 40.000 comensales, muchos reincidentes, sus paredes han colgado 18 exposiciones de distintos artistas, y se ha podido escuchar a cantautores y poetas, charlas científicas y novelistas.
Hiperactivos siempre, pero aún más en los últimos meses, Belén López y Alberto de Mingo han participado en el concurso de pinchos medievales de la ciudad, obteniendo uno de los premios, han protagonizado varias entrevistas radiofónicas y televisivas presentando su actividad y forma de entender la cocina, y aún han tenido tiempo de organizar varias exposiciones multidisciplinares colectivas aprovechando la sala municipal que hay justo frente a su local y que alberga en otras de sus dependencias a la Escuela Municipal de Música. «Entendemos que uno de los propósitos del Ayuntamiento debe ser colaborar con la iniciativa privada en el común objetivo de construir la marca Sigüenza con el fin de que nuestra ciudad sea cada vez más conocida», afirma Sonsoles Arcones, concejala de Cultura.
Ya el día 31 de marzo, dos días después de su cumpleaños, El Gurugú reunió en su local a buena parte de los artistas que han expuesto en la taberna a lo largo de este lustro con lustre recién cumplido. El pasado sábado, día 21 de abril, se inauguraba en la sala municipal de La Plazuela de la Cárcel la primera de las cuatro exposiciones previstas con motivo del aniversario. La apertura resultó especialmente emotiva. Contó con cerca de un centenar de asistentes.
Se trata de una muestra heterogénea y multidisciplinar que reúne un puñado de excelentes obras pictóricas, escultóricas y fotografías que se pueden admirar en Sigüenza durante los próximos fines de semana, como otro más de sus atractivos turísticos. La muestra la componen cerca de medio centenar de obras correspondientes a seis artistas muy distintos entre sí.
Fabiola Almarza, una pintora de Sigüenza biznieta del pintor Sorolla, expone seis de sus lienzos. En esta ocasión sus pinturas tienen un fondo dorado, creado con pan de oro, sobre el que la pintora ha construido sus evocaciones.
El fotógrafo Tony Navarro aporta otras nueve bellísimas imágenes de «La Señora» como él llama a la mar. Son una selección de las mejores que tomó en un barco pesquero en el que permaneció durante días para retratar con su personalísimo objetivo la pesca de altura.
Julio Arias Feijoo (Jafeijóo) es un pintor de paisajes, al óleo y con acuarela, y un viajero impenitente, que expone ocho cuadros con lo mejor de su producción artística.
Juan Antonio Olmeda, fotógrafo seguntino que ya ha expuesto en alguna ocasión anterior en su tierra, aporta cuatro fotografías panorámicas de la ciudad en un formato novedoso, 1,60 metros de largo por 35 centímetros de alto. Para lograr las imágenes, imposibles en su conjunto a una sola visión del ojo humano, ha utilizado las nuevas tecnologías, encadenando varias fotografías. Las obras muestran cuatro bellos rincones de Sigüenza: la Plazuela de la Cárcel, la Alameda, una sorprendente vista trasera de la Catedral y otra vista de la calle del Humilladero.
Bernardo de Mingo (Velasco), pintor aficionado, expone sus rincones seguntinos pintados al óleo sobre tejas centenarias, y finalmente, Angel Ibarra, físico de profesión, ha encontrado en el vidrio una forma de plasmar sus conocimientos científicos. Sus obras sobre cristal también pueden admirarse en la exposición.