Una operación conjunta de la Guardia Civil y la Policía Nacional, en la que han participado más de 600 agentes, ha permitido la desarticulación de una banda especializada en asaltar viviendas y naves industriales que podría haber cometido unos 500 robos en varias provincias españolas.
El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, ha informado hoy de que han sido detenidas 53 personas, de las que nueve están en prisión, y se ha investigado a otras 20 como presuntas autoras de «multitud de delitos» cometidos en las provincias de Ciudad Real, Toledo, Madrid, Cuenca, Guadalajara, Cáceres, Segovia, León, Valladolid, Burgos y Palencia.
Además, se han recuperado efectos valorados en más de tres millones de euros.
El delegado del Gobierno, que ha estado acompañado por el coronel de la Guardia Civil Gabriel Llamazares y el comisario jefe de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), Héctor Moreno, ha destacado la operación como un éxito conjunto de ambos cuerpos y un ejemplo de la coordinación en el trabajo.
La investigación se inició a raíz de varios robos en la provincia de Ciudad Real entre los meses de marzo y mayo del año pasado año, tanto en empresas radicadas en polígonos industriales como en domicilios habitados, segundas viviendas, explotaciones agrarias y otros lugares.
Conforme avanzó la investigación se observó que el grupo se dividían en seis células para cometer robos con fuerza, cada una de las cuales actuaba en una zona del país, a las que se unía el aparato de dirección y blanqueo de capitales y el dedicado a la venta de los objetos sustraídos.
La dirección estaba formada por cinco personas que se encargaban de la receptación y blanqueo de capitales utilizando para ello testaferros y empresas pantalla.
A la cabeza se ubicaba el líder y principal objetivo de la investigación, que imponía su autoridad a sus subordinados a través de rígidas normas de conducta y contra los que utilizaba la violencia física y psicológica.
Las células encargadas de cometer los robos variaban en su composición entre los cuatro y 10 integrantes dependiendo de la zona de actuación en la que desarrollaban su actividad.
Por último, un grupo compuesto por 12 personas se encargaba de la distribución de los objetos sustraídos, que eran vendidos a terceros por receptadores puntuales o empresas recuperadoras de materiales -ubicadas en las localidades madrileñas de Mejorada del Campo, Vicálvaro y Coslada- y en establecimientos de compraventa de objetos usados.
Finalmente se determinó que la organización criminal estaba compuesta por un número superior a 70 personas y que se reunían en las localidades de Coslada, San Fernando de Henares y Torrejón de Ardoz a diario para establecer y fijar los lugares donde iban a perpetrar los robos.
La detención de los implicados se produjo a finales del pasado mes de febrero cuando se llevaron a cabo 39 registros simultáneos en las provincias de Ciudad Real, Toledo y Madrid.
En estos registros se aprehendió una gran cantidad de efectos procedentes de los robos y se intervenieron seis vehículos de alta gama utilizados por la organización, así como 260.000 euros en efectivo.
El dispositivo se saldó también con la detención de 53 personas, de edades comprendidas entre los 23 y 56 años de edad, 47 de ellas de nacionalidad rumana, cinco españoles y un marroquí, con lo que fue desmantelada dicha organización criminal.
Otras 20 personas más fueron informadas de sus derechos en calidad de investigados no detenidos.
Con esta operación se han esclarecido un total de 108 delitos de robo, si bien el delegado del Gobierno ha confirmado que está cifra podría alcanzar los 500 delitos.