El edificio, una vez en el interior, impresiona. Se te van los ojos, no en vano conserva unos alfarjes o techos con maderas labradas y entrelazadas de forma artística que en algunos casos datan de 1108, allá por el siglo XII, con elementos tallados o policromados y que tienen, además de su belleza, importancia y valor, la cualidad de que se encuentran justamente donde fueron creados. Hablamos de la Casa del Temple, en el casco histórico de Toledo, justo al lado de San Miguel el Alto, cuyos alfarjes ha restaurado el Consorcio de la ciudad, y que formará parte de las rutas del patrimonio desconocido que ofrece el Ayuntamiento de la capital regional durante la celebración del 30 aniversario del nombramiento como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Y allí ha estado encastillalamancha.es.

Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento desde 2002, el patio interior de la planta baja comunica con las cuatro crujías que definen el inmueble. Lo que vemos a nuestro alrededor son un arco de medio punto decorado con yeserías mudéjares y, ojo, el forjado del techo primitivo, que se supone que es anterior a 1109 y con canes labrados en el interior del patio. Y en uno de sus laterales conserva el alfarje con las tabicas originales. A cada lado de esta entrada, dos arcos de herradura apuntados y decorado con finas yeserías.

Ya en el sótano se encuenra un salón con un zócalo decorado con pinturas, que están en proceso de restauración en estos momentos, y que representan arcos entrecruzados, temas vegetales y una cenefa, todo supuestamente anterior a1109. A lo que hay su añadir la planta primera y el ático.

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El edificio, que se rehabilitó en 1996, fue bar-cafetería en 1997 y a partir de 2002 se convirtió en restaurante, hasta que dejó de funcionar como tal hace unos años. Ahora su propietario, Amador Valdés, quiere hacer de él un espacio cultural y museo donde puede hacer también la labor de café-concierto en determinadas ocasiones.

La construcción del inmueble se sitúa en época califal, en el siglo X, incorporándose algunas de las salas uno y dos siglos después.

Los alfarjes de la Casa del Temple

Un edificio que fue levantado con una estructura típica andalusí y que diversas fuentes sitúan a la Orden de los Templarios como su propietaria, utilizándose en el siglo XIV como casa-hospedería.

Y ahora se ha actuado sobre el alfarje del zaguán, con motivos vegetales y caligráficos; el alfarje del pórtico del patio, que conserva la policromía original bajo la pintura plástica que lo cubre en su totalidad; el alfarje de la sala califal, un forjado de piso plano, pares y tablazón, y con zapatas en uno de sus lados, con decoración vegetal, escritura cúfica y elementos geométricos; el alfarje de la Sala de los Leones; y el alfarje de la sala de la planta primera, también de cronología islámica y decorados con motivos caligráficos y vegetales.

Su propietario, Amador, no oculta la satisfacción por el trabajo que se ha realizado «tras proceder al tratamiento de toda la madera» en un edificio que quiere abrir al público después de Semana Santa, «de forma permanente y para que sea un espacio polivalente, una casa-museo con un restaurante para eventos». Hablamos de «la casa islámica más completa que existe hoy en Toledo» y que tiene reformas mudéjares.

A partir de las próximas semanas se incorporará al recorrido de toledanos y visitantes como una de las joyas arquitectónicas y culturales de la ciudad.

Porque cuando uno entra, impresiona…