En el PSOE van a pasar una Semana Santa de órdago y de aquí hasta el 21 de mayo, día que se conocerá al (a la) mandamás del partido se lo van a pasar pipa. Porque las redes sociales se convierten, precisamente en estos momentos, en los desagües de las entrañas de cada uno sin cortarse un pelo y haciendo proselitismo del candidato que más le gusta o conviene a cada uno en esta guerra civil con minúsculas pero de repercusiones mayúsculas en la que están inmersos desde que se supo que Pedro quería regresar.

Es imposible controlar a los miles de militantes o de votantes que quieren dar su opinión libremente, primero porque tienen derecho y segundo, si lo hacen de forma educada, genial. El problema es que en estos casos todos sabemos que muchos dejan la educación a un lado, la meten en el congelador, y ya veremos el 22 de mayo para qué lado tiramos.

El problema viene cuando quienes rajan públicamente para que lo lean miles y miles de personas son cargos públicos. Ahí está el lío.

El PSOE y su último episodio

El último episodio lo ha protagonizado el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, quien se cebó con Emiliano García-Page a raíz de que este dijera que su futuro político dependerá, muy mucho, de quién sea su próximo jefe/a y…

Puente soltó lo siguiente el sábado 1 de abril:

https://twitter.com/oscar_puente_/status/848157300128972801

Y a partir de ahí la gente de Page no se cortó. En especial su director de Comunicación, José Ángel Regatero, quien a través de la misma red le recordó a Puente aquellos días en los que «nos pedía que fuéramos a Valladolid a poner a Page de ejemplo de alcalde y socialista».

O que se alegrara cuando Podemos decidió romper el pacto de investidura en Castilla-La Mancha…

Total, que Puente bloqueó a Regatero.

Y para que la gracia fuera completa, algunos prohombres del PP de la región empezaron a retuitearlo…

Ah… Y Page aún no ha contestado a Puente, pero seguro que lo hará.

Y esto no ha hecho más que comenzar…

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es