El director de la Semana de Música Religiosa de Cuenca (SMRC), Cristóbal Soler, ha presentado hoy «Il giardino della vita», la ópera de cámara de José María Sánchez-Verdú que se estrena el 8 de abril en Cuenca y con la que dará comienzo la 56 edición de un festival que apuesta por «la excelencia».
En rueda de prensa en el Teatro Auditorio de Cuenca, Soler ha trazado las líneas del que será el festival de este año y de «años posteriores mientras sea director», basadas en el apoyo y la divulgación de la obra de nueva creación.
«Il giardino della vita», obra del compositor José María Sánchez-Verdú, con libreto de Gilberto Isella y a cargo del Ensemble 900, se estrenó el 26 de febrero en Lugano (Suiza) y se estrenará en España este próximo sábado.
El director de la Semana de Música Religiosa de Cuenca ha señalado «el repertorio y grandes intérpretes» que se han reunido para hacer realidad la undécima ópera de Sánchez-Verdú.
El festival tiene «un concepto muy claro de lo que se presenta este año», según ha dicho el director de orquesta Arturo Tamayo, quien lo ha situado al nivel del «gran interés» en el comienzo de la década de los años 60, aunque luego cayó en el «gran pecado de este siglo, el barroco» que, a su juicio, representa el pasado.
Tamayo, que ha criticado a la anterior dirección del festival, ha defendido la apuesta de Cristóbal Soler por presentar la obra actual, «las grandes obras religiosas que no se conocen», ha dicho, a la vez que ha reivindicado en España «gente que sepa lo que hace y tenga la visión de formar al público».
«Es un texto poético muy hermoso, en el que el público puede percibir qué es el trasunto que hay de Gaudí«, ha reconocido el compositor Sánchez-Verdú, que ha basado su estructura, texto y contenido en el trabajo del libretista Gilberto Isella.
«Il giardino della vita»‘ presenta distintas temáticas y «crea varios jardines donde vemos a un Gaudí anciano, un Gaudí niño que se enfrenta y dialoga con la madre», ha explicado Sánchez-Verdú, que ha tenido en cuenta la geometría, los materiales o el espacio para intentar con «mi música crear la interacciones».
Para el compositor, que se ha reconocido como una «especie de jardinero», es un proyecto que consigue múltiples lecturas que «a través de los jardines te puede transportar a muchos mundos».
Es lo que afirma haber conseguido al trabajar con el espacio y el tiempo y, en «esa confluencia, el jardín es uno de los símbolos más bonitos en todas las culturas del mundo», ha dicho.
En la interpretación, Tamayo ha utilizado un «ensemble muy pequeño» con estudiantes de música de Lugano ,que es lo que aportará en el primer concierto de la semana, que contará en el concierto del sábado con la Escolanía «Ciudad de Cuenca», dirigida por Carlos Lozano.