Suenan tambores de fusión entre las dos grandes cajas que quedan en Castilla-La Mancha. Es un secreto a voces del que nadie habla. Está desde hace tiempo en la mente de todos aunque a nadie se le escapan las dificultades de la operación ni quiere dar el primer paso.
Pero, según ha podido saber encastillalamancha.es, tanto Caja Rural Castilla-La Mancha como Globalcaja han escuchado en el entorno del Gobierno regional mensajes de apaciguamiento. Se trata de suavizar las malas relaciones entre ambas entidades y de impedir que prosiga la apertura de oficinas y la expansión de ambas en el convencimiento de que el mejor camino para todos será una fusión más pronto que tarde. «No se entiende que el Banco de España esté obligando a todo el mundo a cerrar oficinas y aquí se estén abriendo y no dice nada», comentan desde el ámbito sindical.
Esa palabra, fusión, rechina a las dos grandes cajas que quedan en la región. Sobre todo en Toledo. Pero las fuentes consultadas por encastillalamancha.es parecen resignadas a este camino siempre que se respeten unos mínimos y su autonomía para tomar decisiones.
Y es que las dos quieren llevar la voz cantante. Eso lo prentende Caja Rural y también Globalcaja y aunque parezca un obstáculo difícil de superar no lo es, porque hace no muchos meses era inviable ni siquiera el escenario de sentarse a discutir.
La razón por la que esa fusión imposible se ha convertido en viable y pronta es evidente. Cerrar el mapa financiero español será una de las primeras urgencias del nuevo presidente del Gobierno, presumiblemente Mariano Rajoy. Todos saben que a medio plazo quedarán muy pocas entidades financieras comparado con el número actual entre bancos, cajas de ahorro y cooperativas de crédito o cajas rurales. En ese escenario no es difícil adivinar que María Dolores de Cospedal no querrá ser la última comunidad ni la que ponga obstáculos a la urgente y pendiente reorganización del sistema financiero español, una de las asignaturas pendientes de nuestra maltrecha economía.
Así las cosas, se espera que más pronto que tarde, quizá el próximo mes de diciembre, suenen los primeros rumores de fusión, aunque sea de forma discreta y para ir preparando el terreno a enero, cuando podrían plantearse efectivamente las conversaciones de fusión.
Cómo, cuándo o entre quiénes será la primera reunión son datos que aún no sabe nadie. Pero tampoco duda nadie de que habrá que ponerse manos a la obra muy pronto. Hay muchas razones a favor y pocas en contra. A nadie se le escapa que la marcha de los dos ex directores generales Rafael Martín Molero y Miguel Ángel Calama es un obstáculo que ya no existe.
Quedan otros problemas y muchas espinas, son dos filosofías completamente diferentes. Pero es muy probable que desde ámbitos emepresariales, sindicales y políticos la fusión tenga muchos defensores. Por razones y urgencias del sistema financiero y de la propia economía regional, muy necesitada de financiación en todos los campos.
Toledo cuenta con una ventaja estratégica evidente, su relación con el Gobienro actual es excelente y su fortaleza en Toledo, la provincia con más habitantes, más empresas y más aportación al PIB. Globalcaja tiene algo más de tamaño. Las espadas están en alto…
No será fácil y sería un error tratar de dirigir la operación desde cualquier ámbito externo a las dos entidades, a las que se sumarían las pequeñas cajas que quedan en la región. Ellas conocen sobradamente sus fortalezas y debilidades, se han estudiado mutuamente y las desconfianza parece abismal, sobre todo entre Toledo y Ciudad Real…
Pero en Toledo no paran de sonar los tambores de fusión.
Continuará…